Desde Afuera

Detalles, detalles...

El interés mutuo de EU y México es tan fuerte, tan significativo, que es difícil imaginar que incluso alguien de la izquierda dura lo ignore

Detalles, detalles...
José Carreño Figueras / Desde Afuera / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

A principios del año 2018, el entonces presidente del Subcomité de Asuntos Interamericanos del Senado estadounidense, el republicano  Marco Rubio, afirmaba que su país no tendría problemas en trabajar con un gobernante de izquierda en México.

"El interés mutuo de EU y México es tan fuerte, tan significativo, que es difícil imaginar que incluso alguien de la izquierda dura lo ignore, si verdaderamente quiere ser exitoso. No se puede ser Presidente de México si no se reconoce esa realidad".  Puede decirse que el señalamiento de Rubio ha sido el "mantra" de los gobiernos estadounidenses, Donald Trump de 2016 a 2020 y Joe Biden de 2020 a 2024, en sus tratos con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

La visión normal de la relación es una dominada por los intereses estadounidenses, plagada de baches, donde diferendos comerciales y diferencias de opinión político-diplomáticas ensombrecen una creciente integración económica y social y un intercambio comercial que rebasa los 800 mil millones de dólares anuales.

En mayor o menor escala, los gobiernos de ambos países se esfuerzan por presentar un rostro amable, aunque a veces la retórica política mexicana pueda sonar disonante y el lenguaje usado por los republicanos como un preludio de declaración de guerra.

El hecho en todo caso es que según consideraciones actuales, "México ha aprendido, o aprendió durante la administración Trump, que puede ejercer una enorme influencia sobre Estados Unidos y sobre cuestiones de interés en la muy multifacética relación bilateral entre EU y México al cerrar y abrir el grifo de la migración", según la especialista Vanda Felbab Brown, de la Institución Brookings, al referirse a la importancia de la cuestión migratoria en la política doméstica estadounidense.

Para ella, el gobierno Trump constantemente cedió en cualquier otro interés en orden de que México controle los flujos (de migrantes) y el régimen del presidente Biden enfrentó limitaciones similares. Ahora, sin embargo, el tema está en el centro de la campaña electoral estadounidense, y acompañado por el problema representado por el tráfico de drogas, en especial fentanilo, se convierte en un cóctel ponzoñoso.

Para 75 por ciento de los estadounidenses, incluso de origen mexicano, la frontera es un problema grave o una crisis.

Los subibajas del Mercado de Valores y del Peso mexicano ante anuncios divergentes en torno a las reformas judiciales propuestas no contribuyeron a crear confianza para inversionistas privados, inseguros de que un Poder Judicial subserviente al Poder Ejecutivo pueda garantizar un proceso justo para sus intereses.
El hecho es que para mantener el estado benefactor planteado durante el gobierno López Obrador, México necesita algo más que cercanía geográfica para crear confianza y condiciones que atraigan los capitales necesarios y promover una economía próspera que genere los impuestos requeridos.
Ahí está el detalle. 

POR: JOSÉ CARREÑO FIGUERAS 

JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM                         

@CARRENOJOSE

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