Algo raro ocurre. La revisión del Tratado México Estados Unidos Canadá (T-MEC) tendrá una coloratura muy distinta que la que estamos acostumbrados a ver, como resultado del formato con el que la Secretaría de Economía de Raquel Buenrostro está abordando el tema, de acuerdo con versiones de personas que han sido convocadas tanto al llamado “Cuarto de Junto” como a la nueva “mesa” de funcionarios y representantes del sector privado.
¿Cuál es el fondo del problema? Que a los empresarios no les queda claro que los funcionarios de Buenrostro asumen que ambas partes, funcionarios y burócratas de alto nivel, están en el mismo equipo. Así de simple, pero así de extraño.
De acuerdo con versiones, los funcionarios de la Secretaría de Economía y la propia Raquel Buenrostro están muy dispuestos a escuchar y a comprender las problemáticas y propuestas de diferentes sectores involucrados en el proceso: agroalimentario, autopartes, automotor, electrónico, etc. No obstante, después de que los escuchan son informados de que, en un siguiente paso, la Secretaría de Economía valorará esos argumentos y los consultará en otra instancia.
Los empresarios convocados a las reuniones, inauguradas la semana pasada, me dicen que queda la impresión de que Buenrostro solicitará el Visto Bueno del presidente Andrés Manuel López Obrador, para cada tema. En otras palabras: ella no está haciendo equipo con ellos, sino únicamente siguiendo las directrices de Palacio Nacional. Por eso de este peculiar proceso no será posible tener una versión unificada que emerja de los empresarios y de sus necesidades frente a la revisión del T-MEC, sino hasta que la secretaria valide sus peticiones más arriba. Una vez aprobadas, se darán por buenas para plantearlas a EUA y Canadá.
Lo inaudito de este proceso, me informan, es que ha quedado muy claro que Buenrostro no solo no hace equipo con los empresarios, sino que los observa como una especie de entidades con intereses distintos a los gubernamentales. Por eso no surgirán posturas uniformes de manera instantánea. Algunos empresarios señalan que la secretaria es incapaz de mandar en su ámbito de decisiones: todo lo debe consultar con el presidente.
Esto era muy distinto en el pasado. En las negociaciones anteriores. Con el TLCAN por ejemplo, el “Cuarto de Junto” era un verdadero war room, en el que empresarios y negociadores del gobierno acordaban y luego planteaban posturas directamente a las contrapartes estadounidenses y canadienses, tras hablar entre ellos y sin pedir permiso de cada cláusula al presidente. Ya no.
CLOE
Circula el libro Cloe: Más Allá de la Moda. El fundador de la marca de bolsos y marroquinería mexicana, Carlos Ruiz Velazco, inició su negocio a los 17 años y ahora inunda con sus productos varios países de América Latina.
POR: CARLOS MOTA
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