Columna invitada

Don Gonzalo

Gonzalo Martínez Corbalá despertó animadversión en San Luis Potosí, su tierra (...) que no lo aceptó ni como candidato y ni como gobernador sustituto después

Don Gonzalo
Antonio Meza Estrada / Colaborador / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

A pesar del ambiente de guerra civil, aviones militares rasantes, piquetes de soldados ingresando en hoteles y oficinas públicas para sacar a las personas, disparos de franco tiradores, la embajada de México en ningún momento fue violentada: fueron las horas difíciles cuando ocurría el golpe de estado en Santiago, aquel lejano septiembre de 1973. 

Numerosas personas se refugiaron allí: pidieron y recibieron asilo. En buena medida ese respeto a la sede diplomática se correspondió dada la personalidad de don Gonzalo Martínez Corbalá, Embajador de México. 

Si bien es cierto que, siendo ingeniero tuvo un gran desempeño en la vida política, lo suyo fue la diplomacia, misma que desempeñó con elegancia y eficacia tanto en Cuba como en Chile, naciones donde don Gonzalo fue embajador.

La acendrada militancia izquierdista de don Gonzalo despertó animadversión en San Luis Potosí, su tierra; de suyo, esa región del país se significó por tener una sociedad conservadora que no lo aceptó ni como candidato y ni como gobernador sustituto después.

En su primer desempeño como diputado federal, a fines de los años setenta, tuvo como auxiliar a un joven brillante que con el tiempo se pensó, apoyaría a don Gonzalo en el logro de sus objetivos políticos, pero no fue así. Ese joven recién graduado de economía se llama Carlos Salinas de Gortari. 

El tiempo, su formación y su brillante carrera de servicio le dio buenas oportunidades de desempeño en la administración pública central, particularmente en el ISSSTE, donde me tocó interactuar con él a mediados de los años noventa.  Por esos tiempos se construía un nuevo hospital en Mexicali y me correspondió ser gestor ante el director del organismo para finiquitar detalles de obra y posteriormente de la operación.

Sobresale mucho la figura de don Gonzalo en estos días, cuando en una entrañable nación sudamericana, la policía asalta la embajada de nuestro país, golpean a sus residentes y toman en calidad de preso a una persona que se encontraba asilada. Eso no le ocurrió a don Gonzalo, pese a la violenta confrontación de ideologías que vivió Chile cuando él representó a nuestro país. 

POR ANTONIO MEZA ESTRADA

COLABORADOR 

YERBANIS33@GMAIL.COM

MAAZ

 

Temas