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La 4T, de Taddei y los 'Chupadedos'

En julio del año pasado, el Ejecutivo y el consejo general del Instituto Nacional Electoral

La 4T, de Taddei y los 'Chupadedos'
Rafael Cardona / Portazo / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

En julio del año pasado, el Ejecutivo y el consejo general del Instituto Nacional Electoral definieron, con un sólo gesto sumiso,  la merma de la autonomía del INE: Guadalupe Taddei —mediocre  junto a sus antecesores—  y los demás consejeros acudieron al Palacio Nacional y, durante dos horas, hablaron con el Presidente.

En esas condiciones, la multitudinaria advertencia de algunos grupos de la sociedad civil para no tocar al INE se esfumó como un suspiro. El INE no sólo fue tocado; fue cooptado.

Desde ese día, con el dúctil lenguaje de la simulación, el INE hace como si hiciera y el gobierno desobedece como si acatara.

La más reciente puntada de aparente rigor es de carcajada: editar Las Mañaneras para evitar inducción desde la cima del poder. Pero como no es posible editar material en vivo, se opta por mantenerlas en las plataformas nada más 24 horas. Después, retirarlas, a fin de cuentas, ya hay nuevo contenido de propaganda.

Es cierto, no se puede editar al aire, pero se puede dejar en el aire, sin subirlo (ni por 24 horas), a las plataformas digitales.

En ese sentido la simulación persiste, la intervención de quien inventó el célebre ensalmo “cállate, chachalaca”, para evitar estas intromisiones, se ofrece sin rubor  y hasta con  quejas fingidas por la censura de un  instituto incapaz de impedir las violaciones legales,  lo cual lo convierte en un florero más en la vitrina del coleccionista de jarrones con claveles.

El INE, gracia a su estructura puede cumplir con la parte operativa de la elección: instalar casillas, capacitar funcionarios, emitir credenciales, actualizar padrones. Pero en el campo del ajuste democrático y el cumplimiento de la ley, en favor de la equidad y la legalidad, no puede, no sabe o no quiere hacerlo. O las tres cosas.

Una muestra más es la obediencia ante una idea presidencial.

Mario Delgado, presidente de Morena, exige contabilizar la Marcha Rosa del día 18 como gasto de campaña de Gálvez. No había cantado tres veces el gallo cuando ya Guadalupe Taddei hacía suya la petición. “Si Xóchitl la pone en su agenda, se le fiscaliza”, fue la salomónica actitud de Taddei. Gálvez ha dicho: “No tengo problema con la fiscalización, pero sí con la diferenciación.  Claudia ha rebasado ampliamente cualquier tope de campaña”.

Pero algo bueno ha salido de todo esto, el presidente no se chupa el dedo en cuanto a la naturaleza de la concentración rosa. Como recomendaba Cachirulo, no pertenece al club de los chupadedos. Algo histórico.

POR RAFAEL CARDONA

COLABORADOR

@CARDONARAFAEL

MAAZ

 

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