Sí, Guerrero es un caos. Como Zacatecas o Michoacán lo son. O como Chiapas, Veracruz y Oaxaca. Todas, entidades gobernadas por Morena. Pero, ¿qué hay de Guanajuato, donde gobierna el PAN?
El estado es el que más homicidios registra en el país. ¿Qué puede presumir el fiscal Zamarripa, encargado de procurar justicia en Guanajuato desde hace 13 años, en tres gobiernos distintos? Desde su llegada, la violencia no ha dejado de aumentar, y sigue fuera de control.
Particularmente en Celaya, donde desde 1997 gobierna el PAN, el crimen se desborda; es una de las ciudades más violentas del mundo: 109 homicidios por cada 100 mil habitantes.
Ahí mataron el pasado lunes a Gisela Gaytán, candidata a alcaldesa, a plena luz del día. Su asesinato enmarca un proceso electoral que se encamina a convertirse en el más violento de la historia.
Los crímenes manchan el proceso en curso. A poco menos de dos meses de las elecciones del 2 de junio, parece que nadie está a salvo. La violencia se normaliza. Ataques, asesinatos, levantones, secuestros, agresiones, amenazas… las balas del crimen ponen en riesgo la democracia y la libertad de los ciudadanos de elegir por quién votar.
La violencia agarra parejo, no discrimina. Y se ensaña en plena temporada de campañas. 52 homicidios contra políticos desde que arrancó el proceso electoral 2023-2024 (Laboratorio Electoral), son reflejo de la violenta realidad que
atravesamos.
El asesinato de actores políticos desnuda la fragilidad institucional. La cifra de asesinatos ya supera los homicidios contra actores políticos de 2018 y está a dos de rebasar 2021… y aún faltan 60 días para la elección.
La primera responsabilidad del Estado es garantizar la seguridad de las personas. Más todavía, cuando esta es atacada en pleno proceso electoral, columna vertebral en una democracia. Hoy la sangre se desparrama. Nada la contiene.
¿Cómo hacer frente a la violencia si el diagnóstico es incorrecto? ¿Cómo reconocer la realidad si se navega con información errónea? Mientras que el Think Thank Laboratorio Electoral registra 150 agresiones, amenazas y casos de violencia contra políticos, el gobierno federal ayer reconoció únicamente 12.
¿Quién puede garantizar la paz y seguridad para candidatos y ciudadanos? ¿Quién podría asegurar que el proceso electoral transcurre en calma?
¿Quién afirmaría que las elecciones ocurrirán sin violencia y los ciudadanos podrán ir a votar libremente, sin miedo, el domingo 2 de junio?
POR MANUEL LÓPEZ SAN MARTÍN
@MLOPEZSANMARTIN
EEZ