El pasado viernes 1o. de marzo arrancaron las campañas de las candidatas y el candidato a la Presidencia de la República. En los tres casos, de lo que los ciudadanos nos pudimos percatar es del absoluto de vacío de liderazgo que existe en la política mexicana, y de que ninguna de las propuestas tienen la estatura para dirigir los destinos de un país.
En el Zócalo de la CDMX pudimos escuchar el guión evidentemente dictado por Andrés Manuel López Obrador, que Claudia Sheinbaum siguió a pie juntillas en cada uno de los puntos y las comas indicados. Su lenguaje corporal nos dejó ver que ella solo se concretó a leer ante una plaza que obviamente le habían llenado con gente que trajeron de todo el país, el documento que le habían preparado.
Por ninguno de los párrafos y renglones del texto pudimos encontrar una sola idea original en un discurso plagado de loas dirigidas al narcisismo de López Obrador, que amarran a su candidata desde el arranque con un un discurso que refiere 100 puntos muy similares a los que Andrés Manuel López Obrador pronunció aquel primero de diciembre de 2018. En los cuales ella plantea que seguirá al pie de la letra la caracterización del personaje secundario asignado en la obra de teatro en la que el protagonista es el mismo Andrés Manuel.
Lo que todavía no nos queda claro, es si porque no tiene talento para liderar los destinos de México, o porque es tal su abyección por su Mesías que no tiene capacidad alguna para moverse.
El control que ejerce sobre su candidata el Presidente de la República es tal que por eso afirma una y otra vez que se puede ir a “descansar” a su Rancho, dejándola totalmente amarrada desde el propio discurso de su arranque de campaña. Lo que vamos a enfrentar en los próximos tres meses es a una demostración del adoctrinamiento que se ejerce en las sectas, disfrazado de un movimiento electoral. La candidata presidencial y el resto de los candidatos de Morena y sus partidos aliados no harán otra cosa que repetir el discurso de su guía moral.
Igual que en la Cuba de Fidel Castro lo que vemos es el manejo de los símbolos que ante el obligado retiro de la ley le deja a su hermano Raúl un conjunto de encomiendas para que éste las ejecute con la plena seguridad de que Fidel Castro personalmente estará detrás para vigilar que la Revolución cubana que él inició llegue hasta sus últimas consecuencias. Por su parte, Raúl Castro incapaz de atravesársele a su hermano acepta el encargo y lo ejecuta tal como se lo pidieron.
Por su parte Claudia Sheinbaum tiene ahora el proyecto que es exactamente el que le encargó Andrés López Obrador y no se atreverá a moverle un ápice. Andrés Manuel le ha puesto faldas a su proyecto y lo ha vestido de mujer. Lo que estamos viviendo no se trata de un asunto político, es mas bien un asunto psicológico.
Nada mas hay que revisar cada uno de los puntos. Porque ella en realidad no tiene un solo espacio de maniobra (y como quien padece el síndrome de Estocolmo tampoco lo desea), y tiene a toda la 4T y a su movimiento volcados en respaldar la continuidad del proyecto de AMLO, sin AMLO.
Esto a su vez tiene que ver con la necesidad de abordarlo desde una perspectiva distinta, ya que no vale la pena entrar a discutir cada uno de los 100 puntos, es lo que le dictaron y punto. Lo que en realidad debemos que analizar es el fenómeno. Porqué desde esta perspectiva todo el país se concentra en el Programa de un personaje que está detrás, y que desde las sombras, está dictando todo lo que viene hacia adelante para todos los mexicanos y que en Morena lo siguen, como miembros de una secta.
Contra lo que fueron los ciclos de la política mexicana donde cada Presidente de la República que llegaba al final de su periodo y se iniciaba uno nuevo, el Presidente en turno se retiraba y le dejaba todo el espacio al entrante. Sin embargo, aquí Andrés López Obrador no le deja ningún espacio a Claudia Sheinbaum, por el contrario. Es ella misma quien va verbalizando su fe (que no es lealtad) hacia AMLO. Por eso López Obrador la eligió a ella.
La conoce muy bien. Por eso el elegido no fue ni Marcelo Ebrard ni Ricardo Monreal. Ellos no le hubieran aceptado esta condición. Al final estos dos viejos lobos de mar se dieron cuenta de lo que Andrés Manuel construyó, y dijeron “yo paso”, y por otra parte el costo de las debilidades carnales de su hermano Adan Augusto que el poder le hizo sentirse galán, fue perder la confianza de continuidad del negocio, perdón, del proyecto del segundo piso de su 4T.
Es importante analizar el cuadro completo. Esto nos dará el contexto de la campaña de Claudia Sheinbaum, los espacios de maniobra y la orientación de lo que deben ser las campañas de Morena y sus aliados. Porque este es el escenario en el que se van a mover todos, ya no tienen nada que hacer Pero ¿cual será el argumento para cualquier candidata o candidato de la 4T a Presidente Municipal? ¿cual de los 100 puntos van a adoptar? ¿que va a defender?
Porque la línea de los 100 puntos qué dictó Andrés López Obrador es parejo para todos. Él ya les dijo lo que tienen que hacer, por eso ahora en los próximos tres meses se va a dedicar a dar clases de historia todos los días en su Mañanera, para darle contexto a la campaña y mantener vivo un movimiento.
Desafortunadamente del otro lado no se ve el talento para confrontar este fenómeno. Lo que hay es un intento de contrapuntear la campaña de la Coalición Fuerza y Corazón por México, contra las iniciativas de la 4T. Porque no se prepararon para este momento. Llegan al inicio de una campaña para la que ninguno de los liderazgos están preparados. Que quiero decir; que los partidos políticos no convocaron a los centros de investigación de proyectos y al talento de la sociedad.
Ninguno de los liderazgos tiene una visión estratégica temática, sectorial y regional. Donde están las carteras de proyectos, las propuestas de Reformas en los distintos rubros que catapulten a México hacia el futuro. La ineptitud de los liderazgos de los partidos políticos impidió la construcción del liderazgo de país que se requiere. México se ha quedo atrapado por la falta de visión y la mediocridad de sus liderazgos.
Los mexicanos vamos a enfrentar una campaña donde bien a bien hay que escoger, entre uno proyecto malo y otro peor.
Evidentemente Xóchitl Gálvez tampoco esta preparada para conducir al país, tampoco cuenta con la visión estratégica que se necesita. Ella, es una Ingeniera Informática, una buena Ingeniera Informática, que fue Delegada de la Miguel Hidalgo. Ella, ni siquiera quería ser candidata a la Presidencia de la República.
Sólo porque se le ocurrió ir a tocar la puerta de Palacio Nacional, los grupos de interés que estaban moviendo la agenda encontraron que ella podría ser la solución que estaban buscando y se fueron por ahí. En realidad en ningún momento vimos que Xóchitl Gálvez tuviera el tamaño para conducir un país de la dimensión del nuestro. O que tuviera una agenda regional, internacional, temática, etc. Pero un conjunto de negociaciones de los dirigentes políticos la colocaron hasta adelante.
Entonces tenemos una candidata que es producto de esa composición que de ninguna manera representa un proyecto de futuro para el país. Y del otro una candidata que representa los intereses de Andrés Manuel López Obrador para la continuidad de su movimiento privado. O sea, que López Obrador se puede ir tranquilamente a su Rancho, porque tiene una gerente encargada del negocio, y como parte del negocio en este momento es la administración del presupuesto público federal, que de una vez se lo deja encargado también .
Del responsable del movimiento borracho mejor ni hablamos, porque a eso se prestó Jorge Álvarez Máynez, porque es tal su insensibilidad que no se dió cuenta que no fue capaz de entender que no estaba buscando ser Presidente de México. Sino que estaba buscando ser el encargado del proyecto de Samuel García.
Entonces, opera como Samuel, con la frivolidad e irresponsabilidad que le da alguien como él, que lo mismo insulta que hecha bravatas, que dice tonterías, que pone a su esposa como presidenta municipal, y entonces se presta al juego y queda enredado en el juego. Tan es así que el momento de la sucesión del liderazgo de Movimiento Ciudadano fue tomándose unas cervezas con tequila y el siguiente capítulo es verlo borracho en el palco del Estadio en medio de un partido de futbol. De ahí para acá en MC no hemos visto nada que llame la atención.
Esos son los tres proyectos que hoy México tiene enfrente, o sea nada; Nada versión uno; Nada versión dos; Nada versión tres
Eso es lo que entendemos como la democracia desde la cual vamos a escoger el futuro de México del 2025 al 2030. Pues así, la gran conclusión es que estamos amolados todos.
Ahora, si viéramos que detrás de cada candidata y candidato hay sustento, hay organizaciones políticas sólidas, pues estaría bien, las candidaturas presidenciales así les quedaron acomodadas y tendríamos algo de certidumbre. Pero cuando volteamos a ver lo que hay atrás de Claudia Sheinbaum, más allá de AMLO no hay nada. Porque lo que hay en realidad detrás de ella son tres negocios:
El negocio del Niño Verde que no es capaz de producir nada, sino extraer lo más que se pueda, encabezado por el oportunismo que ha caracterizado a Manuel Velasco, que lo mismo puede ser Peñista que Amlista (morenista). Tiene esa capacidad dual para moverse entre dos aguas al mismo tiempo. Para esto, se requiere tener cero capacidad de pensamiento, y por el contrario una gran capacidad para doblarse a los intereses de enfrente. Este es uno de los intereses que a lo largo de 30-40 años nos ha mostrado.
El segundo; el negocio de Alberto Anaya con toda la corrupción que representa una franquicia partidista con la cual ha extraído todo lo que ha podido; y el Tercero, es el negocio del poder de Andrés Manuel López Obrador, del cual hoy ya sabemos que también es el poder del clan de su familia. O sea, que atrás de Claudia Sheinbaum hay tres negocios sustentándola.
Del otro lado lo que tenemos son otros tres negocios: el que regentea Alito al servicio de sus intereses; El negocio que regentea Marko Cortés al servicio de sus intereses particulares; y el tercero el negocio en franco declive de los Chuchos.
Por si fuera poco en MC el negocio de Dante Delgado. O sea el Sistema Partidista en plena crisis, una elección presidencial a tres meses de distancia, y el arranque de unas campañas electorales con candidatos que no tienen nada que proponer a un país en medio de una crisis de seguridad, de falta de crecimiento, de una parálisis politica terrible.
Quienes piensan que Claudia Sheinbaum es una copia al carbón de Andrés Manuel López Obrador. Déjenme decirles que están equivocados. Porque ella es Andrés Manuel López Obrador.
Este es el contexto en el que arrancan todas las campañas políticas, y los ciudadanos para variar tienen que decidir por donde se van; con melón, o con sandía.
Y no es pregunta.
POR MARTHA GUTIÉRREZ
Vocal del Consejo Directivo Del Instituto de Política y Gobernanza, A. C.
@MarthaGtz
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