Envío diplomático

¿Para qué sirve una Política Exterior Feminista?

Un gabinete ruso con paridad de género a nivel ministerial, ¿habría rechazado la invasión a Ucrania?

¿Para qué sirve una Política Exterior Feminista?
Tania Lara / Envío diplomático / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

Un gabinete ruso con paridad de género a nivel ministerial, ¿habría rechazado la invasión a Ucrania? ¿Podría un grupo de mujeres israelíes y palestinas alcanzar un acuerdo de paz duradero? ¿Se podría desescalar la guerra comercial si más mujeres diplomáticas chinas y estadounidenses participaran en los encuentros entre ambas potencias? O bien, ¿podría reducirse el número de muertes violentas en México si se lograra aumentar la participación laboral femenina?

Muy probablemente sí es la respuesta correcta, según una investigación académica que encontró una correlación estadística directa entre los países con conflictos armados y el índice global de brecha de género. 

Conforme a esta investigación, los países con mayores índices de violencia de género y bajos niveles de participación laboral femenina son también países con sistemas políticos inestables, proclives a conflictos internos o a cometer agresiones contra otros Estados e incumplir con las normas y tratados internacionales. 

El comportamiento agresivo de algunos Estados en el ámbito internacional coincide con sociedades donde hay pronunciadas brechas de género, y esto puede tener más de una explicación. Por ejemplo, los altos niveles de violencia de género reflejan un débil estado de derecho y bajos estándares de protección a la población más vulnerable y a las minorías, y, por lo tanto, un mayor riesgo de inestabilidad social y política. 

Otra explicación es que las estructuras de poder de ese país a menudo toman decisiones sesgadas debido a que provienen de un pensamiento grupal, es decir, de círculos de poder conformados por personas homogéneas (en cuanto a su género, origen étnico, cultural, religioso o social).

Según esta teoría, un grupo toma decisiones innovadoras y acertadas si incluye a personas con distintos bagajes, debido a que el proceso de decisión incluirá mayores consideraciones y perspectivas que derivarían en mejores políticas a favor del bien común, evitando así tensiones y conflictos internos, o la necesidad de recurrir a la fuerza militar para resolver disputas. En otras palabras, un país gobernado por machos alfa es una amenaza global.  

Usando esta evidencia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobó en el año 2000, la Resolución 1325 sobre Mujeres, Paz y Seguridad, instando a los países miembro a garantizar una mayor representación de las mujeres en todas las instituciones locales, nacionales e internacionales; y a los organismos internacionales, a incluirlas en los mecanismos para la prevención, manejo y resolución de conflictos. 

En este contexto, México, al igual que una decena de países en el mundo, adoptó a finales de 2019 una Política Exterior Feminista con el fin de impulsar la equidad de género entre su personal diplomático y garantizar esa perspectiva en el ámbito internacional, incluyendo la prestación de servicios consulares, de vinculación comunitaria y los pronunciamientos en las instituciones multilaterales. 

Esta nueva política busca impulsar la paridad de género en el Servicio Exterior Mexicano, donde apenas 34% del personal diplomático somos mujeres, a pesar de ser mayoría por años ya en los programas universitarios de relaciones internacionales y de carreras afines. 

Hasta la fecha, sin embargo, existe poca claridad y conocimiento sobre los beneficios que una Política Exterior Feminista puede aportar a la diplomacia mexicana y sobre su relevancia para avanzar y promover los intereses de México en el mundo. 

¿Por qué un Estado tendría que defender y promover valores e intereses feministas en el ámbito internacional?  ¿Cuál es el fin de promover el ingreso y los ascensos de más mujeres en las representaciones diplomáticas y consulares de México? ¿Para qué sirve una política exterior feminista? Sin una comprensión clara de lo que la política exterior feminista puede aportar en un entorno multipolar y de cambios constantes, difícilmente, países como México lograrán defender sus valores e intereses y alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible. 

POR TANIA LARA

Miembro del Servicio Exterior Mexicano desde 2015.

Está adscrita al Consulado General de México en Montreal, Canadá 

MAAZ

 

Temas