Decía una viejísima canción titulada “Pancho López” en una de sus líneas “lo que tenía que pasar, pasó…” Y eso, es exactamente lo que sucedió hace ya bastantes horas, al hacerse público que Saúl Álvarez se quedó sin promotor, sin rival y casi-casi, diría yo, sin pelea para el 4 de mayo… Fueron muchas pretensiones, un descontrol absoluto y más equivocaciones, aunque no lo vaya a reconocer.
Álvarez rompió, dicen, “de común acuerdo” con la empresa Premier Boxing Champions con quien había firmado un contrato para que le promovieran tres peleas, y los dejó, en ese “común acuerdo”, colgados de la brocha, “quemados” con Amazon Prime y con una gran pérdida que se contabiliza en millones de dólares.
Aunque los “canelovers” no lo acepten, el peleador mexicano ha dejado de ser el máximo atractivo para el mercado más importante de todos los que tiene el boxeo, Estados Unidos. Los pobres números de las últimas dos peleas que ha tenido llevaron a la conclusión a muchos promotores a entender que si el “Canelo” no enfrenta a un boxeador de prestigio, probado y con nombre, no volverán a pagarle las escalofriantes cifras que llegó a ganar.
Claro que ya en la curva descendente de su carrera, al que menos le importa lo que piensen, es a Saúl Álvarez, pero eso sí, sigue creyendo que merece ganar, no lo que le pagaron en el pasado, sino mucho más. Los primeros que le dijeron que no, fueron quienes estaban entusiasmados con transmitir sus próximas peleas: Amazon Prime y Premier Boxing (PBC)
El contrato que firmó Álvarez hace más de un año, era por tres peleas, en las cuales iba a ganar un total de 100 millones de dólares. Le pagaron los primeros 35 en la pelea contra el Gemelo Charlo número 1, seguía el Gemelo Charlo número 2 y, finalmente, David Benavidez. Los tres, firmados por PBC.
La primera pelea les salió muy mal en números, pues a pesar de que se vendieron en Estados Unidos alrededor de 650 mil PPV´s, no fue suficiente el dinero para cubrir los sueldos de Álvarez, Charlo y el resto del cartel, ya que además de los 35 millones garantizados, su porcentaje del PPV llevó la cifra a casi 50 millones de dólares. Demasiado para tan poco espectáculo.
Álvarez se negó durante los siguientes meses, en forma sistemática, a aceptar la pelea con Benavidez, porque ese combate sería el tercero y último y no el segundo del contrato. Pero como el Gemelo 2, seguía “disfrutando” de la vida, consumiendo todo tipo de cosas para pasarla bien, PBC quería adelantar el combate, algo que Saúl rechazó cuantas veces se lo propusieron.
Hoy sabemos que, el cambio de rival fue una estrategia para deshacerse de Álvarez y sus monstruosas pretensiones económicas, sobre todo, después de que Prime dijo que no pondría 50 millones de dólares para el mexicano.
Todo esto, a pesar de que el CMB le limpió el camino a Saúl, mandando a Benavidez a una pelea por el título interino de peso semicompleto, ya que por el momento Beterbiev tiene en el camino la unificación con Bivol, pero no había otra forma de quitárselo de en medio al “Canelo”.
Y quedaron en el camino Edgar Berlanga y Jaime Munguía. Berlanga no figura en la lista de los medianamente interesantes y Munguía, quien es el número uno del mundo para el CMB y la OMB, no sólo es mucha pieza para un Álvarez totalmente desenfocado y desconcentrado, sino que el obstáculo principal es el tiempo para prepararse. Quedan nueve semanas y media para que llegue el 4 de mayo, y nadie en su sano juicio, aceptaría una pelea de esta envergadura con tan poco tiempo.
Ahora, el problema es aún mayor que sólo la preparación. Munguía es manejado por Fernando Beltrán en sociedad con Oscar de la Hoya, quien acabó peleado a muerte con el “Canelo”, lo cual representa dos problemas adicionales para Álvarez.
El primero, que tiene que hacer las paces con De la Hoya y ver si puede negociar por su cuenta, o con el apoyo de Matchroom Boxing (que promovió las peleas de Saúl desde que dejó a De la Hoya y hasta que se contrató con PBC), para que Jaime acepte la pelea.
Además, no tiene televisora, y si DAZN le entra, tendría que ser con la aprobación de Matchroom y de Golden Boy, que son los proveedores en Estados Unidos de las peleas que transmite esta empresa. Y primero tendría que hacer, también, las paces con su otro expromotor. O sea, pedirle favores a un montón de gente.
La opción más viable es que ni siquiera tenga pelea el 4 de mayo, porque es evidente que no se ha preparado y subirse al ring contra Munguía, o al menos contra Berlanga, lo pondría en un serio riesgo, sobre todo, que de ganarle vuelva a quedar como que le ganó a un bulto, y si pierde, peor tantito…
POR EDGAR VALERO BERROSPE
COLABORADOR
PAL