Malos modos

Lenia y don Arturo

Dicho sea con los principios de la fraternidad universal y la militancia en la mano, el Doctor Patán

Lenia y don Arturo
Julio Patán / Malos Modos / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

Dicho sea con los principios de la fraternidad universal y la militancia en la mano, el Doctor Patán no está seguro de que el Segundo Presidente Más Popular del Mundo (en adelante, SPMPDM) haya atinado con el nombramiento de Lenia Batres. El Doctor entiende el acto revolucionario, la deliciosa provocación, de mandar a una persona con nula preparación –ese Instituto Cúpside sí se ve– a un organismo machuchón, lleno de gente petulante y sin faltas de ortografía, preparadita, tipo Calígula nombrando senador a su caballo.

Sobre todo, entiende la conveniencia de amachinar durante 15 años una de las posiciones en la Suprema Corte –otra más–, en lo que parece una jugada maestra de ese ajedrecista de la política que es nuestro Líder, el Kasparov de Macuspana. El problema es que del plato a la boca se cae la sopa, y que de la teoría a la práctica hay distancias que luego resultan insalvables.

Hoy sabemos que don Arturo era utilísimo para el SPMPDM. Nuestro líder levantaba el teléfono, don Arturo lo contestaba al tiro. El presidente le decía que viera cómo acomodar lo de la militarización, don Arturo se aventaba el trompo a la uña. Costara lo que costara, ¿eh? Contar los votos así medio raro, meterle presión a un colega… Y resolvía, no siempre pero a menudo. Con Lenia, me temo que puede haber una comunicación mucho menos fluida y, claro, una operatividad mermadona.

–Lenia, hay que darle grado constitucional a lo de la Guardia Nacional.

–¿Mande?

–Lo de la Guardia Nacional. Arturo me dice que te escribió todo lo que tienes que decir en las sesiones de la semana, que lo de la Guardia está en la página 17 del engargolado y que cuando cuando estaban discutiendo eso en la sesión del martes, te equivocaste y leíste el índice en voz alta. Esas cosas no pueden pasar. Estoy contando contigo, Lenia…

–¡Hijo de su reputísima madre! Disculpe, presidente. Traigo hartas cosas en la cabeza. Fíjese que el calentador está descompuesto. Parece es que es porque el agua no trae presión y eso provocó un chingo de filtraciones. Ya le dije a Martí, no se preocupe. Así que cámara, cuente conmigo.

En fin, es un ejemplo ficticio, que su doctor cree que puede resultar terriblemente cercano a la realidad. Señor Presidente: ¿no le preocupa que la comunicación Palacio Nacional-Suprema Corte, que luego será La Chingada- Suprema Corte, se convierta en un teléfono descompuesto? Lo digo porque el plan B es la Yasmín, señor. En fin, aquí el doctor lo llama respetuosamente a reflexionar. Lo de la Suprema está agarrado con alfileres, presidente, seamos sinceros.

En cambio, y ya que hablamos de Calígula y lo del animalito en el Senado, las candidaturas del Fisgón y el José Ramiro a la cámara alta me parecen irreprochables. Estoy seguro de que van a cumplir con los estándares de la Cuarta Transformación.

POR JULIO PATÁN

COLABORADOR

@JULIOPATAN09

MAAZ

 

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