Columna invitada

La importancia de llamarse AMLO, parte 3: los Obradorismos

Seguramente empezaremos a escuchar una narrativa de “verdadero”  Obradorismo

La importancia de llamarse AMLO, parte 3: los Obradorismos
Roberto Morris / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Especial

¡DISIDENTES!  

El Frente Popular de Judea al Frente Judaico Popular 

- The Life of Brian (La vida de Brian, 1979), Monty Python 

El marxismo no fue inventado por Marx, fue desarrollado por los marxistas1. El  cristianismo no existe, existen los cristianismos. Lo que tienen en común ambas  corrientes de pensamiento es que sus seguidores se han dedicado a construir una  teoría ideológica sistematizada y unificada basada en las ideas y pensamientos tanto de Marx como de Jesucristo; sin embargo, al querer hacer esto han surgido distintas  interpretaciones que excluyen otros posibles simpatizantes.

Al parecer, y desde luego  que, con toda proporción guardada, esto será el futuro del Obradorismo que sospecho  en poco tiempo se convertirá en Obradorismos. 

En el primer artículo de esta serie se estableció que el Obradorismo no es una  ideología, sino un sistema moral. Este sistema, si bien es funcional como una guía  ética para sus adherentes y una justificación para la toma de decisiones políticas, está  lejos de ser un compendio integral de la moral. Estos vacíos ideológicos actualmente  permiten que coexistan en la misma bancada feministas aguerridas con miembros de  distintas agrupaciones religiosas, siempre y cuando voten “por el bien de todos,  primeros los pobres”.

Sin embargo, estas lagunas que actualmente fortalecen el  movimiento serán lo que en un futuro permitan a los herederos de la 4T mutar el  sistema de creencias para su agenda personal.  

Antes de seguir es importante diferenciar entre grupos políticos y distintos ismos. Un  grupo político puede tener las mismas creencias, pero compiten por posiciones de  poder; al hablar de ismos comparten cierta base de creencias, pero sus diferencias  parecen irreconciliables. Actualmente solo hay un Obradorismo, con varios grupos de 

poder internos (el más conocido de estos el de los “puros”) que en este momento se  están disputando candidaturas. La pregunta es ¿cuánto tiempo durará la unidad – no  de partido – sino de pensamiento? 

Conforme se vayan ensanchando las filas del Obradorismo tanto en MORENA como en sus partidos satélite y, en conjunto con los resultados tan pobres de la oposición, puedo avizorar que en el mediano plazo podemos comenzar a ver evoluciones del Obradorismo actual. Dudo que esto se dé durante el liderazgo de Claudia Sheinbaum  y la vida de AMLO, pero quizás podremos ver el inicio de esta dispersión ideológica  para el 2030. Seguramente empezaremos a escuchar una narrativa de “verdadero”  Obradorismo. 

1 Lefebvre. (1975) Marx, Nietzsche: El reino de las sombras. Editions Casterman. Paris.

Es altamente probable que en el futuro tanto el oficialismo como la oposición sean  Obradorismos compitiendo por gobernar; la importancia de llamarse AMLO recae en  que, si bien el Obradorismo actual es el resultado de un proceso dialéctico con el  neoliberalismo, los Obradorimos serán el fruto de un proceso dialéctico intra  Obradorista.

POR ROBERTO MORRIS

EEZ

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