Los nebulosos tiempos de la Selección Nacional a fines de la década antepasada, quedaron marcados por tres hechos que dejaron muchas preguntas . El cese de Hugo Sánchez como DT del Tri, su reemplazo por Sven Göran Eriksson, tras un breve periodo interino de Chucho Ramírez, y el cierre del ciclo con la segunda salvación de Javier Aguirre, rumbo a Sudáfrica 2010.
Hugo, como Eriksson y Aguirre fueron severamente juzgados por un país enfermo de futbol, que siempre anhela más de lo que alcanza, y que siempre encuentra a la mano culpables de turno a sus constantes decepciones. El asunto fue más grave con El Pentapichichi y con El Vasco, pues nadie pareció recordar las glorias del primero, y que Javier, las dos veces que fue contratado de emergencia, llegó a eliminatorias mundialistas que parecían destinadas al fracaso.
Hugo pudo no haber sido el mejor técnico en la Selección, pero la eliminación en el preolímpico para los Juegos de Beijing 2008, lejos está de haber sido su responsabilidad.
Si los entonces directivos de la Federación Mexicana de Futbol lo hubieran dejado actuar e interceder ante Frank Rijkaard y Arsene Wenger para lograr la incorporación al Tri de Giovani Dos Santos y Carlos Vela, estaríamos hablando de otra historia.
El caso de Eriksson fue una necedad del desaparecido propietario del Guadalajara, Jorge Vergara. La idea era eclipsar la imagen de Hugo y, por supuesto, que el sueco no iba a poder transformar a un equipo en pleno cambio generacional, en el que brillaban jugadores como Márquez, Guardado, Torrado, Bravo y Vuoso, y ya con la presencia de Giovani y Vela, como quedó demostrado apenas 11 partidos y 225 días después de tomar el mando del equipo mexicano.
Se juzgó a Eriksson, pero nadie juzgó al entonces todopoderoso Vergara, que simplemente guardó silencio tras el fracaso del europeo.
Luego de su aventura en México, dirigió 11 equipos, y en ocho duró menos de un año en el banquillo, hasta que el 23 de febrero del año pasado, anunció que se retiraba.
Fue tremendo escuchar, hace un mes, que él sabía que tiene los días contados… Un año. Tal vez menos, debido al cáncer de páncreas que lo ha atacado. Antes del desenlace que es inminente, cumplirá una especie de última voluntad futbolística, al dirigir en un partido de leyendas, al equipo del que fue fanático desde que era niño: El FC Liverpool, el próximo 23 de marzo, ante el Ajax, en el Estadio de Anfield. Esa será su última aparición en público…
Hubo una conferencia, el 28 de marzo de 2009, cuando luego de su última victoria al frente del equipo mexicano, 2-0 sobre Costa Rica, en el Estadio Azteca, alguien le preguntó que cómo se sentía de acabar con la mala racha de cuatro partidos sin victoria en la eliminatoria y, más sonriente que nunca, dijo en su “casi” español: “¡A toda madre…!”.
POR EDGAR VALERO BERROSPE
@EDGARVALERO_
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