Con el anuncio del método para elegir al responsable del Frente Amplio por México y la decisión de los aspirantes para declinar o participar en el proceso, se dió un reacomodo repentino hacia la sucesión presidencial; por lo pronto, cambió la narrativa, se equilibró la atención de los medios y mejoró la presencia de la oposición en las redes sociales, en especial, por la irrupción de Xóchitl Galvez, todo un fenómeno político que ha sorprendido a muchos y preocupado a otros por su perfil y trayectoria.
Con el registro de la senadora se prendieron todos los focos en el tablero oficial, las granjas de bots lanzaron ataques discriminatorios y el presidente se apresuró a descalificarla, cuestionando su capacidad de iniciativa y el derecho que le asiste para participar libremente en el proceso. Con sus declaraciones, asociando a Xóchitl con los poderes fácticos, el presidente busca influir en el Frente Amplio por México, violando el principio de equidad constitucional; con los señalamientos emitidos en la conferencia mañanera, usando los medios del estado, le falta al respeto a Xóchitl Galvez, con expresiones que pueden ser constitutivas de violencia política de género.
Por el momento se han concretado de manera festiva los registros de Santiago Creel y Xóchitl Galvez. Quienes finalmente decidan participar merecen un reconocimiento por la determinación de ser parte de la construcción de la alternativa democrática, quienes no lo hagan, siempre serán convocados a sumar en la construcción de un cambio que defienda la democracia y las libertades desde la trincheras en que se encuentren.
Una vez que concluya el registro, vendrán los foros y estudios de opinión y, finalmente, la consulta directa a los ciudadanos que integren el padrón del Frente Amplio. La votación directa en centros de votación -instalados y cuidados por ciudadanos y representantes de los aspirantes- será un momento culminante, no sólo por lo inédito del ejercicio, sobre todo por el valor de la participación ciudadana en una decisión tan relevante. En tanto se da la consulta, programada para el 3 de septiembre, habrá que fortalecer el proceso ante los ataques crecientes y los intentos de descalificación del gobierno y su partido.
En víspera del arranque del proceso electoral, previsto para el 4 de septiembre próximo, es alentador comprobar que se ha recuperado la incertidumbre democrática, un atributo que se había perdido ante el avasallamiento del proceso de Morena, un proceso absolutamente ilegal, alentado por la figura presidencial y fondeado con cuantiosos recursos públicos y privados, sin que a la fecha se haya aclarado el origen de los mismos.
También es un aliciente verificar que existe una creciente fuerza social y la disposición de los partidos de la oposición, para dejar claro, a través del método del Frente Amplio, que en democracia deciden los ciudadanos. La lucha por la democracia y las libertades, acreditada en las recientes marchas y concentraciones, se sustenta en el reconocimiento y el ejercicio de los derechos políticos de los ciudadanos, entre los que sobresale el derecho al voto libre como base y expresión de la soberanía popular.
POR MARCO ADAME
ANALISTA Y CONSULTOR POLÍTICO
LSN