Columna Invitada

Un sector marítimo más competitivo y sustentable: un ganar-ganar para México (PARTE2)

México no ha emitido normas para mermar la contaminación marina y disminuir el límite permitido de azufre en los combustibles de barcos

Un sector marítimo más competitivo y sustentable: un ganar-ganar para México (PARTE2)
Tania Miranda / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: El Heraldo de México

 Estamos perdiendo la oportunidad de producir y vender combustibles de nueva generación, que permitiría crear nuevas cadenas de suministro con la inversión, empleos y oportunidades que esto conlleva. Situado entre importantes rutas comerciales transoceánicas, México podría desarrollar y ampliar sus instalaciones portuarias industriales y plantas de energía renovable para convertirse en un actor clave de los esfuerzos de descarbonización del transporte marítimo global.

Por otro lado, no hemos ratificado un importante anexo al Convenio Internacional para Prevenir la Contaminación por los Buques (conocido como MARPOL), mismo que pone un estricto límite a las emisiones de NOx y SOx por la combustión del combustible de los barcos, reduciendo la contaminación atmosférica por smog, ozono y otras partículas responsables de enfermedades respiratorias, incluyendo asma infantil y muertes prematuras. Este Anexo VI ya ha sido firmado por más de 100 naciones que conforman el 96% del comercio mundial marítimo por tonelaje.

Además, México no ha emitido normas para disminuir la contaminación marina que surge de una reciente enmienda al Anexo VI que disminuye aún más el límite permitido de azufre en los combustibles de los barcos, obligándolos a utilizar combustibles más limpios. Un mecanismo alterno para cumplir con dicha enmienda, que permite se siga utilizando el combustible pesado de antaño, es instalar depuradores de gases de escape que limpian las partículas de azufre antes de que estos se liberen a la atmósfera. Sin embargo, el agua utilizada para este proceso en la mayoría de los casos se vierte de vuelta al mar. Más de 90 jurisdicciones en el mundo prohíben o regulan el vertimiento de estas aguas a sus mares, ya que contienen metales pesados, sustancias cancerígenas y contribuyen al cambio climático. Las autoridades en México no están fijándose en esto tampoco, permitiendo la contaminación de nuestros océanos, incluyendo importantes ecosistemas sensibles en el Golfo de California y el Caribe Mexicano.

Desde la COP27 celebrada en Egipto en 2022, diversos puertos anunciaron el compromiso de crear corredores marítimos verdes, en los cuales las rutas utilizarán únicamente combustibles y tecnologías de bajas o cero emisiones, con la ambición de lograr el net-zero a través de la cadena logística para el 2050. Algunos ejemplos fueron anunciados entre los puertos de Los Ángeles y Shanghái, y entre California y Japón. Las embarcaciones involucradas en estas rutas y muchas otras dejarán simplemente de hacer escalas en puertos mexicanos si no podemos proveer los combustibles, tecnologías y operaciones portuarias que van a la par de estas ambiciones climáticas. Las oportunidades que dejaría México en la mesa son enormes.

Aquí tres sugerencias:

1.     Ratifiquemos el Anexo VI de MARPOL e impongamos estándares ambientales que, si bien son más estrictos, ayudarán a proteger nuestro capital natural. Ya se aplican en muchos lugares del mundo y no ahuyentan a los negocios.

2.     Invirtamos en la producción y escalamiento de tecnologías y combustibles bajos en carbono, utilizando recursos e industrias que ya tenemos.

3.     Trabajemos con los diferentes actores del sector para fomentar la acción temprana y voluntaria, y apoyemos a los puertos a descarbonizar operaciones y mejorar su eficiencia energética. Esto nos volverá un sitio atractivo para el número cada vez mayor de empresas y clientes que buscan adquirir y transportar su mercancía de la manera más sustentable posible.

Todo esto va en línea con las recomendaciones que hizo el Comité Consultivo Público Conjunto de la Comisión para la Cooperación Ambiental de Norteamérica a los tres países miembro tras su reunión en 2022; es congruente con los compromisos emanados de la reunión de líderes de Norteamérica este año, y va de la mano con la transición energética y ambiental que tiene lugar en todos los rincones del planeta. Es una oportunidad que tiene México para avanzar sus propias metas energéticas, climáticas y de biodiversidad, así como para promover empleos verdes bien remunerados, respetando el derecho universal a un ambiente sano.

POR TANIA MIRANDA

DIRECTORA DEL PROGRAMA DE MEDIO AMBIENTE Y CAMBIO CLIMÁTICO DEL INSTITUTO DE LAS AMÉRICAS

@TANIAMIR_

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