Se ha hablado mucho de la vocación latinoamericanista de la nueva Canciller, Alicia Bárcena, que seguramente además de América del Norte, por su experiencia y perfil político, será la región en la que concentrará sus esfuerzos en el tiempo que estará al frente de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).
Una señal de esto fue el reciente cambio del subsecretario de América Latina días después de que ocupó el cargo y los postulados que marcó como prioritarios de nuestra Política Exterior tan pronto asumió el cargo.
Dentro de los mismos, en el caso de Asia, que se engloba en la subsecretaría a cargo de la Embajadora Carmen Moreno Toscano, solo mencionó que en el caso de esta región y otras que la agrupan, se concentrará en la “Diversificación de las relaciones de México con otras regiones del mundo para el desarrollo de México y sus proyectos prioritarios, específicamente con Europa, Asia-Pacífico, África, Asia Central y el Medio Oriente” (SRE, 2023).
Si bien es cierto, la región del Asia Pacífico ha cobrado importancia en el terreno geoeconómico y geopolítico en los últimos años, Ahí, además de contar con dos importantes mecanismos de promoción de los intereses económicos para nuestro país como el Acuerdo Amplio y Progresista de Asociación Transpacífico (TIPAT) o el Acuerdo de Asociación Económica (AAEMJ) con Japón, se están gestando procesos de integración e intercambio económico a los que deberíamos dar un puntual seguimiento. Tal es el caso del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), la Asociación de Naciones de Asia Sudoriental (ASEAN) o la Asociación Económica Integral Regional (RCEP).
No sé si las capacidades e intereses de la cancillería tengan en su hoja de ruta que, en el caso de Asia, nuestro país tendrá en este cierre de sexenio varios retos mayúsculos.
Uno de ellos es el posicionamiento de nuestro país ante la solicitud de China al TITAP que seguramente, que luego de la adhesión de Reino Unido, se discutirá al interior de este Acuerdo. Otro reto en puerta es la negociación de un Acuerdo de Libre Comercio con Corea del Sur, país que ha emprendido una campaña de diplomacia pública para posicionarse en la opinión pública mexicana a través de foros de promoción comercial y visitas de alto nivel.
Finalmente, pero no menos importante está el APEC, que en el mes de noviembre sostendrá una reunión de sus líderes en la Ciudad de San Francisco, Estados Unidos. Sin mencionar las labores de promoción comercial y de inversiones, como vemos, hay varios frentes abiertos para nuestra diplomacia mexicana en la región del Asia Pacífico y resulta un tanto optimista pensar que en un año y dos meses se podrá hacer frente a los mismos.
A cambio, se podrá dejar el camino trazado para que, en septiembre del 2024, se pueda dar continuidad a lo que hoy se emprenda en esta parte del mundo que para muchos está muy alejada de nuestra realidad, pero que, en términos prácticos (en bienes y servicios) cada día está más presente en nuestra cotidianidad.
POR ADOLFO LABORDE
EXREPRESENTANTE DE LA SECRETARÍA DE ECONOMÍA EN JAPÓN
LSN