MISIÓN ESPECIAL

Turquía y Erdogan

Dos figuras de la Turquía moderna: Atatürk y Erdogan. El último volvió a ganar las elecciones, pero irá a segunda vuelta

OPINIÓN

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Martha Bárcena Coqui / Misión Especial / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El domingo se llevaron a cabo elecciones presidenciales y parlamentarias en Turquía o Türkiye, su nombre oficial. Había expectación por la posibilidad de que una coalición de seis partidos derrotara al presidente Recep Tayip Erdogan, quien, al inicio,  como primer ministro, y luego, como presidente ha detentado el poder por 20 años. 

No sucedió así. Erdogan ganó las elecciones, con un 49.5% de los votos. Tendrá que ir a una segunda vuelta al no obtener 50%. El índice de participación fue por arriba de 86% del padrón electoral. La coalición opositora, encabezada por Kemal Kilicdaroglu, obtuvo 44.9% de los votos. 

Los resultados dieron también la victoria a su partido Justicia y Desarrollo (AKP) en las elecciones parlamentarias. Los resultados reflejan un país dividido. El voto urbano fue mayoritario para la oposición —excepto por la cuarta ciudad turca, Bursa—. 

Las regiones costeras, a excepción de la del Mar Negro de donde es originario Erdogan, también votaron por la oposición, al igual que la región kurda. Pero la Anatolia profunda votó por Erdogan. También lo hizo la región afectada por el terremoto reciente que cobró 50,000 víctimas. 

A pesar de que en los últimos años varios de los fundadores del AKP ex colaboradores de Erdogan, como Ali Babacan, ex ministro de Hacienda, y Ahmet Davutoglu, se alejaron de Erdogan y se unieron a la oposición, el AKP y Erdogan mantuvieron su preeminencia. El candidato ultranacionalista, Sinan Ogan, obtuvo un 5.2% de la votación, fundamental en la segunda vuelta. 

Erdogan cambió el sistema político turco de parlamentario a presidencial, para ejercer un mayor control. Su intención es mantener al AKP al frente de Turquía por muchos años. El ejemplo que su equipo estudió a detalle fue el PRI y su preponderancia política por 70 años. 

Las perspectivas para la segunda vuelta electoral son favorables a Erdogan. 

Controla los medios de comunicación. Ha desarrollado una narrativa que equipara a los miembros del partido kurdo HDP con el movimiento terrorista PKK de Abdullah Ocalan. Acusa a Occidente de querer minar a Turquía. Ha encarcelado a los líderes del HDP, a periodistas y turcos afines al movimiento de Fetullah Gülen, un clérigo refugiado en EU, quien primero apoyó a Erdogan y luego se distanció. Acusó al movimiento gulenista de impulsar el intento de golpe de Estado en 2016. Un número importante de gulenistas y kurdos están refugiados en Suecia y por ello Erdogan ha vetado el ingreso de ese país a la OTAN.

Erdogan es un político central de la historia reciente de Turquía. Exfutbolista, gran orador, impulsor de un renacimiento religioso que alejó a Turquía de la tradición secular de Kemal Atatürk, su continuidad parece inevitable. Mas su país está polarizado, con una inflación sin precedentes, una enorme labor de reconstrucción y cada vez más alejado de la posibilidad de adherirse a la Unión Europea. 

POR MARTHA BÁRCENA COQUI
EMBAJADORA EMINENTE
MARTHA.BARCENA@ELHERALDODEMEXICO.COM 
@MARTHA_BARCENA

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