Columna Invitada

Índice Global de Aprendizaje (IGA)

Hablar de calidad educativa no puede reducirse únicamente a buscar quién tiene el puntaje más alto o bajo

Índice Global de Aprendizaje (IGA)
Gustavo Rojas Ayala / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México Foto: Foto: Especial

A finales de abril, Mexicanos Primero Sinaloa presentó los resultados de la primera edición del Índice Global de Aprendizaje (IGA), un proyecto de investigación educativa que propone una nueva mirada para conocer y gestionar la mejora de los aprendizajes de los estudiantes de educación básica en la entidad.

El IGA permite conocer en qué medida el aprendizaje de estudiantes en los 18 municipios de Sinaloa logra romper, reproducir o padecer las inercias que la exclusión social y económica genera sobre el derecho a aprender.

La idea de que el aprendizaje de los estudiantes está fuertemente asociado a las condiciones socioeconómicas de las familias, comunidades y contextos que les rodean no es nueva. En Estados Unidos, un reporte publicado en 1966 bajo el título Igualdad de Oportunidades Educativas (más conocido como Informe Coleman) instaló la idea de que, si se descuentan estas condiciones a la hora de analizar la variación de resultados académicos entre las escuelas, el efecto que éstas tienen sobre el aprendizaje es muy limitado.

Cinco décadas más tarde, esta idea se confirmó empíricamente en Latinoamérica. Una reciente investigación del Centro para la Transformación Educativa de la Universidad Católica de Chile (CENTRE UC) concluyó que más del 90 por ciento de las brechas académicas entre escuelas en países de la región puede ser explicado por las desigualdades socioeconómicas.

En consecuencia, hablar de “calidad educativa” no puede reducirse únicamente a buscar quién obtiene el puntaje más alto y quién el más bajo en un ranking. Para hablar de aprendizaje desde una mirada de justicia social, se debe considerar de qué manera se padece, reproduce o se rompe la inercia del contexto sobre el aprendizaje.

Con esta premisa como base, el IGA nos permite conocer la diferencia -o la distancia- que existe entre el promedio municipal de logro obtenido por estudiantes de tercero de secundaria en evaluaciones diagnósticas creadas por la Mejoredu en 2021 y el desempeño promedio que estos municipios deberían obtener considerando los niveles de marginación socioeconómica en sus hogares y escuelas.

La buena noticia es que en Sinaloa existen municipios en los que el aprendizaje supera la predicción del modelo. La mala noticia es que no son todos. Es importante resistir el impulso -o la costumbre- de interpretar esto como que unos municipios son mejores y otros peores.

La interpretación correcta es que las grandes desigualdades que se viven en Sinaloa y en el país tienen un enorme poder predictivo sobre los resultados de aprendizaje de los estudiantes, pero que dicho poder se puede romper. La inercia del origen no siempre implica destino.

A través de esta primera versión del IGA, Mexicanos Primero Sinaloa quiere invitar a todo el país a volver a centrar la discusión pública en materia educativa respecto a lo que está pasando con los aprendizajes de niñas, niños y jóvenes.

Y propone hacerlo desde una metodología de análisis y un marco de conversación socialmente sensible, que no ignore las dificultades sistémicas que enfrentan educadores, docentes y familias. La forma de medirlo ya está disponible, sólo falta que las autoridades tomen su responsabilidad y lo lleven a cabo. Romper la inercia es posible, si lo asumimos como una responsabilidad compartida.

POR GUSTAVO ROJAS AYALA

DIRECTOR GENERAL EN MEXICANOS PRIMERO SINALOA

@GURAROJAS

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