“No somos histéricas, somos históricas”, “Mujer escucha, esta es tu lucha”, “Señor, Señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente” Con gritos desesperados e impotentes miles de decenas de mujeres exigimos igualdad, piso parejo, equidad, paridad, pero mas allá de estos derechos, gritamos y exigimos a una sola voz, nuestro derecho a la vida, a la justicia y a la libertad.
Este movimiento se originó a raíz de las 15.000 mujeres que se manifestaron en 1908 en las calles de Nueva York para pedir mejores salarios, derecho al voto y el fin del trabajo infantil. Hoy en día este mismo sentir, hizo que nos atreviéramos a alzar la voz en contra de la violencia de género que diariamente nos pone en estado de alerta y miedo.
La GRAN MARCHA del 8M, que por varios años se ha llevado a cabo en la Ciudad de México, y se ha extendido a varios estados y municipios de nuestro país, ha sido punta de lanza para hacer visibles los abusos y delitos que se han cometido contra nosotras durante siglos. Movimientos como #metoo #niunamenos #elvioladorerestu nos impulsó a que miles de mujeres se animaran a hablar de las violaciones cometidas en nuestra contra.
Los homicidios se convirtieron en femenicidios, acoso de hombre a mujeres se tipificó como acoso sexual, y la violencia de la pareja se le nombró violencia de género o doméstica, por poner ejemplos. ¿Pero que más podemos hacer para seguir avanzando y ver resultados palpables? ¡No podemos callar!, hasta que las leyes y el estado de derecho nos protejan; y contemos con acciones reales en donde podamos disfrutar una vida libre de violencia.
2022 fue un año en el que 357 mujeres desaparecieron, según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas, y solo en enero fueron asesinadas 292 mujeres, aunque apenas 75 casos son investigados como feminicidios, según el Observatorio Nacional del Feminicidio.
El objetivo debe ser reformar leyes que garanticen nuestros derechos realmente, nos protejan y no se queden en papel. Se necesita intervenir en todas las instituciones de seguridad, fiscalias, juzgadores y gobierno, así como, iniciativa privada; donde programas, protocolos y procesos en contra de la violencia de género sean aplicados adecuadamente y con perspectiva de género. Por todo esto gritamos: “Señor, Señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”, y no dejaremos de hacerlo hasta garantizar una vida libre de violencia para todas las mujeres.
POR BRENDA BORUNDA
@BRENDABORUNDA
LICENCIADA EN DERECHO Y MÁSTER EN ESTUDIO Y PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO POR LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA / EXDIPUTADA FEDERAL DE LA LXIII LEGISLATURA DEL CONGRESO DE LA UNIÓN
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