La pasada edición del Super Bowl no sólo fue una fiesta deportiva, sino también un espacio para el espectáculo y la cultura popular
Rihanna dejó su huella con un show que, además de sus hits, mostró su embarazo de varias semanas. En medio de la euforia del evento, la imagen de la cantante en gestación se convirtió en un símbolo de empoderamiento femenino, una señal de que las mujeres no tienen que renunciar a sus sueños profesionales por la maternidad.
En México, la situación es preocupante para las mujeres en el ámbito laboral. Según datos del INEGI, alrededor del 58 por ciento de las mujeres que trabajan abandonan su empleo al tener un hijo, lo que representa una tasa de deserción laboral mucho más alta que la de otros países de la OCDE. Esto significa que, de cada 10 mujeres que trabajan, casi seis de ellas dejan su empleo al convertirse en madres.
La maternidad, en vez de ser una etapa de plenitud y realización personal, se convierte para muchas mujeres en una etapa de incertidumbre y dificultades. Además de los retos propios del embarazo y la crianza, las mujeres enfrentan obstáculos estructurales y culturales que dificultan su permanencia en el mercado laboral. Entre los principales factores que influyen en la deserción laboral de las mujeres mexicanas se encuentran el acoso y la discriminación en el trabajo, la falta de políticas públicas de cuidado infantil y el estigma social que asocia la maternidad con la imposibilidad de trabajar.
En este contexto, la actuación de Rihanna en el Super Bowl adquiere una dimensión especial. Con su ejemplo, la cantante desafía la idea de que la maternidad es una sentencia de exclusión laboral, y muestra que es posible seguir siendo una artista exitosa aún estando embarazada. Rihanna, con su voz, su baile y su presencia en el escenario, demostró que el embarazo no es un impedimento para su carrera, sino una parte natural de su vida que puede ser integrada en su trabajo.
La elección de Rihanna de presentarse en el Super Bowl, uno de los eventos más importantes para hacer pública su gestación, es una forma de afirmar que la maternidad no es una debilidad, sino una fortaleza. La artista demostró que las mujeres no tienen que renunciar a sus sueños y metas profesionales por el hecho de ser madres, y que es posible integrar la maternidad y la carrera con éxito. Su actuación es un mensaje para todas las mujeres que, en México y en otros países, luchan por su derecho a trabajar y a ser madres al mismo tiempo.
Entre las medidas que podrían ayudar a reducir la deserción laboral de las mujeres en México se encuentran el fortalecimiento de las leyes laborales que protejan a las mujeres embarazadas y madres, la promoción de políticas públicas de cuidado infantil que permitan a las mujeres trabajar con tranquilidad, y la lucha contra la discriminación y el acoso en el trabajo. Además, es necesario que se fomente una cultura de igualdad de género que reconozca y valore el trabajo de las mujeres, incluyendo el trabajo que realizan en su papel de madres.
POR MICHELLE FERRARI
Michelle.ferrari@greatculturetoinnovate.net
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