APUNTES DE GUERRA

Las marchas: lo Bueno, lo Malo y lo Feo

La mayoría de los análisis sobre las movilizaciones de este domingo han estado marcados más por el partidismo que por la objetividad

OPINIÓN

·
Gabriel Guerra / Apuntes de Guerra / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Las movilizaciones de este domingo pasado llenaron no sólo plazas y avenidas, sino prácticamente todos los espacios mediáticos y de conversación en México.

La mayoría de los análisis han estado marcados más por el partidismo que por la objetividad. Siendo un tema tan sensible y al mismo tiempo tan poco conocido, ha sido muy fácil para promotores y antagonistas de la reforma electoral planteada por el presidente López Obrador asentar sus respectivas narrativas y líneas de comunicación.

Yo he intentado mantener una postura alejada de los extremos en que se encuentra la discusión, porque creo que ni los apocalípticos ni los apoteósicos suelen tener la razón, así que desde esa perspectiva intentaré un breve ejercicio para ver lo Bueno, lo Malo y lo Feo.

Lo bueno fue la movilización de decenas, centenares de miles de mexicanos interesados y preocupados por la política. Las marchas y concentraciones se realizaron prácticamente sin incidentes, sin obstáculos por parte de la autoridad ni de la fuerza pública, sin agresiones (más allá de algún grito fuera de lugar), sin violencia, sin represión: con plena respeto a la libertad de manifestación. Es lo normal en una democracia, por imperfecta que sea esta en la que vivimos.

Buena fue también la organización, la explicación (o la narrativa) de aquello que se defiende, esté uno o no de acuerdo con los motivos y los argumentos esgrimidos. La participación en lo público es indispensable para la convivencia democrática.

Lo malo es la manera en que partidos políticos y personajes que tienen sus propias motivaciones y agendas se hayan intentado montar en una movilización que se supone ciudadana y apartidista. Al hacerlo para promover sus intereses particulares terminan dañando a la causa que dicen defender.

Hay un abismo de diferencia entre quienes se han venido manifestando preocupados auténticamente por el bienestar de la democracia mexicana y quienes quieren hacer de esto una campaña a la que se puedan trepar como candidatos a algún cargo.

Lo feo fueron los incidentes de ataques verbales y descalificaciones  previos y posteriores a las marchas. No obstante el protagonismo de algunos impresentables, estoy seguro de que la enorme mayoría de quienes se manifestaron antier son ciudadanos de bien que están auténticamente preocupados. No, no son defensores de García Luna: son, eso sí, opositores frontales a este gobierno y lo que representa.

Pero así como está muy mal descalificarlos, es lamentable que cualquier cuestionamiento a la marcha o a sus convocantes sea tildado de propaganda gubernamental.

Es posible cuestionar el Plan B sin proponer que el INE sea intocable, porque tiene muchas cosas que se tienen que arreglar. El INE no son dos consejeros que ya se van, el INE representa a millones de mexicanos que queremos una democracia menos cara y más incluyente, más creíble y confiable, más cercana a la ciudadanía y más alejada del gobierno y los partidos.

POR GABRIEL GUERRA
COLABORADOR
GGUERRA@GCYA.NET
@GABRIELGUERRAC

PAL