El Gobierno de México debe dar a conocer de manera publica el plan de extracción de litio en Sonora para no repetir la experiencia de Bolivia, donde el bajo costo de mano de obra, la baja fiscalidad para las empresas y la relajación de leyes medioambientales causaron un ecocidio en las comunidades explotadas, sin dejar beneficios económicos para los habitantes de la zona y a los trabajadores de la industria.
El modelo de desarrollo implementado en el país sudamericano, con Evo Morales a la cabeza, repitió la historia basada en la sustracción y exportación de materia, sin ningún valor agregado, y que, como vimos, además del deterioro ambiental tuvo repercusiones políticas y sociales que terminaron con la caída del presidente de aquella nación a la que nuestro país envío un avión de la Fuerza Aérea mexicana para el rescate del mandatario, amigo de López Obrador.
No basta la nacionalización del litio mexicano, porque el gobierno no cuenta con la experiencia, ni la maquinaria, ni la tecnología para la explotación en 235 mil hectáreas de reserva sobre una superficie de 10 municipios sonorenses. Morales se ha convertido en un asesor de la administración de nuestro Presidente para crear la empresa estatal LitioMx; sin embargo, ésta tendrá que abrirse a la asociación de empresas nacionales y extranjeras y especificar responsabilidades, compromisos y transparencia en el manejo y venta del mineral.
En los últimos años, aumentó su valor en 10 veces el precio del litio, en medio de la guerra comercial que enfrentan los gigantes de China y Estados Unidos, junto con otras naciones que realizan esfuerzos por proyectos de tecnología impulsados por el litio. Reino Unido y la Unión Europea han anunciado que para 2035 van a prohibir la manufactura de autos tradicionales en esa región, industria donde se usa 60 por ciento del mineral.
Todo lo anterior genera una alta demanda del litio, lo que hace voltear a las potencias mundiales en los países con mayores reservas en el mundo, entre ellos México, dejando como inercia en quien lo posee una fuente estratégica para las relaciones políticas y económicas globales, así como al interior de la propia nación. Recién escuché una cátedra en el Colegio Nacional de la investigadora de la UNAM Jane Arthur, donde reforzaba la idea y aseguraba que se está viendo la presencia de intereses comerciales en la manipulación de la política de algunos países.
En México vimos este fin de semana, al declarar la nacionalización del litio, la doble jugada de López Obrador para dentro y fuera de México. Sin buscar confrontarse con el gobernador de Nuevo León, Samuel García, le arrebató la estrategia que venía trabajando con meses de anticipación para instalar una planta de Tesla en el estado norteño al argumentar que la entidad carece de agua, por lo que se pondrá al sur del país.
Al mismo tiempo adelantó, sin dar más detalles, que hablaría en el transcurso de estos días con Elon Musk, dueño de Tesla, principal fabricante de autos eléctricos en el mundo y va por más. México tiene mucho para ganar internamente si se sabe hacer bien, dependerá de una estrategia bien trazada y de transparencia.
Uppercut: Los campos de litio en Sudamérica revelan “el lado oscuro” de nuestro futuro verde, tituló Euronews en una investigación. Es inevitable el deterioro ambiental en cualquier explotación de los subsuelos. Pero ¿cómo vamos a garantizar que en México el impacto y daños sea el menor posible? Todavía no nos lo dicen.
POR ALEJANDRO SÁNCHEZ
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