OJOS QUE SÍ VEN

Emanuela Orlandi

Precaución. Contiene Spoilers

OPINIÓN

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Jesús Martín Mendoza / Ojos que sí ven / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La sola mención del nombre Emanuela Orlandi, hace temblar a la Iglesia Católica, institución que se ha visto envuelta y han envuelto en un sinfín de escándalos a lo largo de sus dos mil años de existencia. Ahora, con la nueva modalidad de documental dramatizado, la plataforma de Netflix presenta una investigación periodística que descubre uno de los casos de desaparición inexplicable de una adolescente ocurrida hace casi 40 años.

Es importante ubicarnos en el contexto histórico y geográfico. Si bien la desaparición de mujeres y eventuales feminicidios son el pan nuestro de cada día en nuestro país, hace cuatro décadas una desaparición con las características descritas y de una joven mujer que vivía dentro del Vaticano, se puede entender como un enorme escándalo.

Y es que el documental dramatizado que consta de cuatro capítulos de poco mas de 50 minutos cada uno, hace un recorrido por la historia de esta joven de 15 años, su desaparición y presunto secuestro el 22 de junio de 1983, su familia trabajadora dentro del Vaticano, las entrevistas a los familiares que sobreviven hoy en día, y una interesante investigación periodística tanto documental como de campo, que contribuyen al atractivo de la serie.

El documental, creado y producido por el escritor Mark Lewis, profundiza y presenta tres hipótesis sobre la desaparición de la joven mujer y no deja duda sobre su muerte posiblemente 14 años después de su secuestro.

Empezando por una posible conjura internacional en la que los integrantes de los “lobos grises” exigían la liberación de Mehmet Alí Agca, turco que atentó contra la vida de Juan Pablo II el 13 de mayo de 1981, pasando por una conspiración para el lavado de dinero que habría usado el Vaticano para financiar a movimientos anticomunistas, entre ellos Solidaridad de Lech Walesa en Polonia, hasta la posibilidad de que Emanuela Orlandi haya sido usada para no hacer pública una red de trata de mujeres y pedofilia dentro del Vaticano, siempre el Vaticano se presenta en el centro de la controversia.

Como los generadores de la conspiración para la desaparición de Emanuela o bien como víctimas de la mafia que reclamaba el dinero que habría usado el Vaticano para el financiamiento ilegal de los grupos anticomunistas.

La intencionalidad de la “docuserie”, mas que presentar hechos concretos y tratar de visibilizar la verdad, parece estar encaminada a presentar al Vaticano como una institución proclive a la opacidad, a la corrupción y peor aún, cuestionar la imagen de San Juan Pablo II, Karol Wojtyla, que en el manejo de los elementos periodísticos, da la impresión de que él estuvo enterado en todo momento de la desaparición, destino y final de la joven Orlandi, sin tener la más mínima humanidad, al menos así se plantea, para informar a su familia de lo que verdaderamente ocurrió con ella. La hipótesis más perturbadora tiene que ver con una supuesta red de trata de mujeres en la modalidad de pederastia.

El tema es de gran impacto para la opinión pública mexicana que hace algunos años nos conmovieron los casos de abusos sexuales que el fundador de la congregación de Los legionarios de Cristo, Marcial Maciel, no solo cometió, sino que quedaron debidamente documentados y reconocidos, situación que llevó a un replanteamiento del tratamiento y denuncia de este tipo de crímenes tanto en la congregación como en toda la Iglesia Católica.

Por momentos el documental “Vatican Girl” o “La Chica del Vaticano” se mueve en esas mismas aguas, las del señalamiento y condena al Vaticano y la posible responsabilidad que tuvo el entonces Papa Juan Pablo II, tal y como sucedió con Marcial Maciel. Aunque el documental, es solo eso, un documental con momentos recreados para mantener el interés del espectador ya cumplió con su cometido.

El 09 de enero de 2023, Alessandro Diddi, fiscal del Vaticano, declaró a medios de comunicación locales que oficialmente se reabrió el caso de la desaparición de Emanuela Orlandi, que reexaminarán todos los documentos y que “no quedará piedra sin remover”. No cabe duda de que una vez más, el Vaticano se encamina a una nueva crisis tomada del pasado.

Corazón que sí siente

La tendencia es entender la aplicación de la justicia en Estados Unidos como en México y no sucede así. Allá es necesario la presentación de pruebas contundentes y no solo dichos, aunque existe el derecho de acusar y argumentar sin pruebas. Al momento de escribir esto, para Genaro García Luna, la moneda está en el aire.

POR JESÚS MARTÍN MENDOZA
JESUS.MARTIN.MENDOZA001@GMAIL.COM
@JESUSMARTINMX

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