Con el arranque de 2023 llegan también las especulaciones respecto al comportamiento de los grandes indicadores de desarrollo social y el empleo, sin duda alguna, es uno de los más destacados. Desafortunadamente, la tendencia actual es que la economía global este año no da signos de recuperación, empezando con Estados Unidos, donde si bien se registran cifras récord en empleo, no se traducen en un beneficio para nuestro país en el corto o mediano plazo. De la misma forma, la inversión también apunta a un estancamiento o un avance poco sustancial por la incertidumbre causada por factores internos y externos, lo que provocará no sólo el acotamiento del empleo formal sino el robustecimiento de la informalidad.
Lo anterior no significa que haya disminuido el empleo formal, de hecho, poco a poco se ha ido recuperando después del severísimo impacto de la pandemia; no obstante, la situación dista de ser la óptima. Se estima que en 2022 el empleo formal vinculado al IMSS registró un crecimiento de más de 750 mil plazas, incluso más de lo que se tenía previsto. Tristemente, en nuestro país las remuneraciones no son las más competitivas el ámbito laboral, y a este dato se le debe asimilar los ajustes de personal en diciembre.
Según el Inegi, actualmente hay alrededor de 32 millones de mexicanos que laboran en la informalidad. Esta vía ha resultado una “válvula de escape”, aunque no es la mejor opción por la falta de prestaciones. En 2023 se generará menor empleo porque la economía se desacelerará aún más.
Dentro de lo bueno y lo malo respecto al empleo, este 2023 podemos destacar la creación de nuevas plazas en promedio mayor del generado en los últimos 10 años.
Considerando las bajas cíclicas naturales de fin de año 2022 que se presentan alrededor del mundo, en México esta cifra ronda las 345 mil bajas, la tercera más grande registrada en la historia del país.
De revisar estas cifras, todos los sectores tuvieron bajas nuevamente, excepto labor eventual, como el trabajo agrícola, que actualmente está en temporada alta.
Por otra parte, de los rubros más castigados son el de la industria de la transformación y el de servicios, que no se han conseguido recuperar este año y probablemente requerirá de, al menos, otros dos para regresar a cifras previas a la pandemia. Es preocupante que en la actualidad se generan más empleos informales que formales. Cada año surgen más de un millón de informales, mientras que la formalidad es apenas mayor de los 650 mil. Esa diferencia es la que se va perdiendo cada año. Cada vez más gente sin seguridad social, fondo para el retiro y vejez.
Se trata de una situación compleja: el empleo en términos económicos se verá afectado por factores como la inflación y la precarización del mercado, que hacen que la inversión, esencial para la generación de empleos, sea limitada e incluso insostenible.
POR AZUL ETCHEVERRY
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