TRES EN RAYA

Argentina, entre dos extremos

El azote económico y las malas administraciones públicas recientes tienen asolados a quienes deberían gozar de las riquezas de su vasta tierra

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El 40% de la población del país sudamericano se encuentra sumida en la pobreza (un 4% más que en México). El azote económico y las malas administraciones públicas recientes tienen asolados a quienes deberían gozar de las riquezas de su vasta tierra.

Y entonces sucedió que ganó Javier Milei la elección presidencial... El Rey, El León, El Loco, el Rara Avis. Mientras, la inflación continúa su ascenso (la inflación superior al 140%; registro de octubre) y el valor del peso argentino prolonga su diaria depreciación. Por cierto, lo mismo estaría pasado de haber ganado Sergio Massa...

La maldición para los argentinos es que ambos políticos son malas noticias. Los dos, pésimas opciones.

Uno de forma probada, al ser el ministro de economía en una de las peores crisis del argento país. El funcionario simplemente no logró absolutamente nada para mejorarla. Todo lo contrario.

El otro de manera previsible. Eso sí, jaló a quienes están hartos de la angustiante situación. Tres millones de votos de diferencia (un 12%), cuando que las encuestas pre electorales no auguraban un triunfo por más de 2 puntos. Lección para México: que los abstencionistas de siempre salgan a votar, hace la diferencia.

Otra enseñanza: ante situaciones desesperadas, los mesiánicos y los salvadores tienen al público más que propicio para ofrecerles sus propuestas (por más siniestras que sean estas) y ser votados. Milagritos reaccionarios y reactivos de derechas o de izquierdas por igual.

Y así, los populistas —más allá de sus ideologías— tienen cosas en común. Saben capitalizar el descontento social. Llevan el discurso de la rabia, el de “ellos contra nosotros”, el de la denuncia y la promesa.

Milei ha tenido el discurso en contra de “la casta”, los políticos que solo se han enriquecido en el poder. Algo muy similar al de Trump, pero también parecido al de “los fifís” y “los conservadores” de López Obrador. El argentino denuncia a los “políticos chorros” (ladrones), a los cuales promete “sacar a patadas en el culo”… Y si bien es más elegante aquello de “barrer la corrupción de arriba hacia abajo”, ninguna opción sirve cuando en lugar de hacerlo se termina por invitar a los impresentables y a los corruptos a formar parte del partido en el poder…

El hastío, no importando el tipo de gobierno o la latitud, se conjunta con una clase política que forma parte de la descomposición social del país. Lamentable situación pues las soluciones entonces tienden a buscarse donde no las hay: destruir instituciones en lugar de procurar un cambio y mejora estructurada de estas.

La consecuencia, tarde que temprano, son autoritarismos que rechazan la separación de poderes, los controles institucionales autónomos, la libertad de los medios y las garantías individuales. Que abrazan el militarismo que antes criticaban, que acallan la disidencia interna y la visten de encuestas y plebiscitos, que manipulan las cifras de desapariciones, homicidios y masacres, que levantan censos a modo.

Los extremos, sean de izquierda o de derecha, deberían asustarnos.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN

COLABORADORA

VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM 

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