Una de las peores administraciones municipales que en los últimos 15 años ha tenido Naucalpan ha sido la que comando el panista Edgar Armando Olvera Higuera de 2016-2018. Ese periodo se caracterizó por los excesos en que incurrieron funcionarios de todos los niveles con la complacencia y complicidad del presidente municipal; siendo el nepotismo escandaloso, lo mismo había familiares del presidente municipal que de otros directores incrustados en la nómina como aviadores.
Edgar Olvera consintió a sus consanguíneos con altos salarios, lo mismo que Iván Arturo Rodríguez Rivera, tesorero municipal, que como plus tenía a su padre como director de Seguridad Pública; ningún gobierno ha sido tan señalado como éste que encabezó el PAN.
José de Jesús Castillo, quien se desempeñó como subtesorero de egresos, no se quedó atrás, adjudicó contratos millonarios a modo a uno de sus hermanos, aprovechando que tenía acceso VIP a licitaciones, entre ellas, las de autos.
Fue través de una concesionaria ubicada en Ecatepec en la que era directivo su hermano, donde obtuvo pingues ganancias al otorgarle contratos para la adquisición de patrullas, convenientemente con el visto bueno del titular de Seguridad Pública que era padre del tesorero.
La triangulación de recursos era más perfecta, el circulo en el que se movía el dinero estaba entre alcalde, tesorero y director de Seguridad Pública; no había forma de que alguien fuera de ellos resultara beneficiado de los recursos provenientes de la corrupción galopante que se vivió durante ese trienio.
Qué tan extensos fueron los negocios que se realizaron a la sombra del poder en ese trienio que uno de los cuñados de Edgar Armando Olvera Higuera también resultó beneficiado, ya que siendo el artífice del saqueo que a las arcas municipales se realizó a través del manejo del Impuesto Sobre la Renta se embolsó millonarias sumas de dinero.
Hay un dicho que dice que cuando la perra es brava hasta los de casa muerde y ese fue el caso de Iván Arturo Rodríguez Rivera quien al concluir la administración exigió a Alfredo Oropeza quien en contra de todos los pronósticos había sido ungido candidato a la presidencia municipal, la devolución de vehículos que la empresa Lumo le había asignado para su campaña y que le habían sido facturados.
Amenazas de muerte hacia Alfredo Oropeza, como él mismo aseguró en su momento, provenían de Rodríguez Rivera, lo obligaron a entregarle dos camionetas Explorer.
De todos es sabido la forma de actuar del diputado federal, quien siempre recurre al chantaje y a las amenazas para lograr sus cometidos, para lo que se apoya en tíos, hermanos y demás.
Hoy al ver lejanas sus posibilidades de seguir con fuero legislativo con el que cuenta que expirará el próximo año, el Olvera Team busca desestabilizar el gobierno municipal que encabeza Angelica Moya infiltrando gente en eventos públicos y lo mismo el PAN para buscar la confrontación con ella o con el coordinador de los diputados locales Enrique Vargas del Villar… AÚN HAY MÁS.
POR: PABLO CRUZ ALFARO
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