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El juez político

Arturo Zaldívar es un ejemplo muy claro de cómo una parte del Poder Judicial en la era de la 4T

OPINIÓN

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Carlos Zúñiga / Acceso Libre / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: FOTO: Especial

Arturo Zaldívar es un ejemplo muy claro de cómo una parte del Poder Judicial en la era de la 4T se ha politizado y polarizado de tal manera, que sin pudor alguno, uno de sus miembros se decanta por un proyecto político. El martes, Zaldívar despejó toda duda de su actuar en los últimos años en el máximo tribunal. 

La renuncia del ministro era algo que se sabía de antemano en Palacio Nacional y también en el cuarto de guerra de Claudia Shienbaum, quien fue enterada desde un día antes de la decisión, tal cual lo reveló una foto que ella misma publicó; un movimiento anticipado para fortalecer la campaña oficialista e impulsar la reforma al Poder Judicial que no pudo sacar adelante Andrés Manuel López Obrador.  

Zaldívar es un personaje de claroscuros: por una parte se ha vuelto un defensor a ultranza de movimientos progresistas, constitucionalista y del límite al poder ejecutivo, pero, desde 2019, cuando presidió la Suprema Corte con la bendición del estrenado ejecutivo, su perfil político empezó a sobresalir, más aún cuando una vez concluida su presidencia, quiso extenderla dos años mas, algo totalmente ilegal y un movimiento que no prosperó ante las múltiples voces que se levantaron en contra. El entonces ministro presidente escuchó el canto de las sirenas, pensando que el único que podría salvar una relación de equilibrio con el ejecutivo era él mismo. 

La intervención de Palacio Nacional en la Suprema Corte, cambió radicalmente el equilibrio de poderes y terminó con que la actual ministra presidenta, Norma Lucia Piña, arreciara el enfrentamiento con el ejecutivo, borrando la insana cercanía instaurada en el periodo anterior. 

Arturo Zaldívar nunca ha dado paso sin huarache y siempre ha sido cercano al poder presidencial; lo fue con Felipe Calderón, quien lo postuló y a quien desconoció una vez que la tragedia de la guardería ABC los confrontó y que al mismo tiempo lo acercó con los fieles del  lopezobradorismo; lo fue con Peña, apoyando el Pacto por México, y lo es con Andrés Manuel López Obrador, promoviendo la reforma al poder judicial y ahora, incorporándose a la campaña de Claudia Sheinbaum.  

La del Ejecutivo y el Judicial es una guerra política que empezará a cobrar víctimas. La renuncia de Zaldívar, debe verse como un gran golpe contra el único contrapeso que ha tenido la llamada 4T. AMLO tendrá una oportunidad de dejar a una incondicional por 15 años y se sienta un mal precedente respecto a la imparcialidad de la Suprema Corte. Falta más que a Zaldívar no le vayan con el cuento de que la ley es la ley. 

CONTRASEÑA: Vaya cosas con el proceso de Morena para la elección de los candidatos a las elecciones en nueve entidades. De principio a fin estuvo viciado y cubierto con el falso manto de la transparencia. Ni los Consejos Estatales, ni el Consejo Nacional, vaya, ni las mismas encuestas tuvieron el peso que se dijo. Al final, pesaron más otros factores a la hora de elegir.  

POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ 

COLABORADOR

@carloszup 

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