LA FIESTA DEL SIGLO

Hijos sin tolerancia a la frustración

Los adolescentes viven en un mundo de recompensas inmediatas y por eso beben alcohol de esa forma.

OPINIÓN

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El mundo ha cambiado a una velocidad vertiginosa, desde tener que buscar la sección de los cines en el periódico los domingos hasta poder ver la película de tu elección en segundos en la palma de tu mano con un simple comando de voz. Los tiempos en donde esperábamos con un casete en la grabadora y los dedos en el botón de play y rec mientras escuchábamos la radio para poder grabar la canción que querías dedicarle a tu novia, ya pasaron, ahora solo se la tienes que pedir a Siri o a Alexa para que la reproduzca, ya no tienes que esperar que llegue el álbum de Michael Jackson a tu tienda favorita.

Todo está al alcance de tu mano en una fracción de segundo, nuestros hijos viven en un mundo en el que el internet ya existía cuando nacieron y es parte de su vida, están acostumbrados a que las cosas pasen y rápido, sin embargo, nosotros que llevamos más tiempo en este planeta, sabemos que no todo es así y la pandemia vino a ayudarnos a entender que todo tiene su tiempo.

Los adolescentes, por otro lado, siguen buscando la forma de obtener lo que buscan en un periodo de tiempo muy corto y de ahí que cuando salen a una fiesta piensan: -Para que esperarme 2 horas para sentirme borracho cuando lo puedo lograr en unos minutos empinándome la botella y contando hasta el 20. Error.

El problema es lo que creemos acerca del alcohol, déjenme decirles que yo tomo, no soy AA, pero bebo con moderación porque entiendo a esta molécula del etanol (es el alcohol apto para el consumo humano y que se encuentra en todas las bebidas alcohólicas).  La promesa del alcohol es la felicidad, nunca he visto un anuncio donde haya alcohol y que la gente se la esté pasando de la fregada, entonces la gente piensa alcohol=felicidad por ende entre más alcohol tomo más feliz seré y si tomo mucho alcohol y muy rápido pues voy a ser muy feliz muy rápido y esto no es así, es todo lo contrario.

El cerebro humano puede tolerar apenas unos cuantos mililitros de etanol por hora antes de comenzar a hacer corto circuito, aunque poca cantidad se convierte en un desinhibidor social, el exceso de alcohol nos lleva a hacer tonterías que no haríamos estando en nuestros 5 sentidos y corremos el riesgo de perder amigos, echar a perder relaciones etc. Lo que mata en el mundo no es el alcohol sino el consumo explosivo (en ingles se le conoce como binge drinking) y que en resumen es: hombres que beben 5 copas o más en 2 horas o menos y mujeres que beben 4 copas o más en 2 horas o menos. Este exceso es el que nubla la mente, el que nos pone en riesgo, el cuerpo no tiene tiempo de deshacerse del alcohol por lo que se comienza a acumular.

Yo fui gerente del Baby’O de Acapulco y he trabajado en el ambiente nocturno por más de 22 años, he visto incontables veces al mesero llegar a una mesa de jóvenes que ni siquiera se esperan a preparase una cuba, toman la botella de ron y directo de la botella se la comienzan a beber desenfrenadamente, he llegado a ver que la terminan antes de que siquiera hubiera tocado la mesa.

Ellos quieren sentir los efectos, pero sentirlos ya, no tiene caso esperar horas, quieren sentir la recompensa inmediata, pero tristemente lo que no se dan cuenta es que lo que van a experimentar no es ninguna recompensa, es una noche de peligros, black outs, decisiones erróneas que pueden terminar con su vida y no se trata de eso, por el contrario, salir de fiesta significa celebrar la vida, obtener hermosos recuerdos con los amigos y pasarla bien, pero muchos de ellos no lo consiguen. En México mueren 22 mil jóvenes al año, son dos por hora y a menos que hagamos algo, esta cifra no va a parar y mucho menos disminuir.

POR RUDY TERCERO

@RUDYTERCEROF

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MAAZ