ANÁLISIS

Persecución de la Iglesia en Nicaragua

La represión gubernamental aumenta cada día, también contra candidatos de oposición o el periodismo independiente, a pesar de las voces que llaman a transitar por caminos de paz

OPINIÓN

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Rodrigo Guerra López / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La escena parece sacada de una película de ficción: un obispo católico de rodillas en la calle con los brazos alzados. Los policías lo rodean. Desea celebrar misa el día en que se recuerda a San Juan María Vianney, patrono de los párrocos. No puede avanzar. El bloqueo policial, con escudos antimotines, es completo. Los fieles tampoco pueden acercarse. Todo queda registrado. No es el siglo pasado. Es el 4 de agosto de 2022, en Matagalpa, Nicaragua

El obispo referido es monseñor Rolando Alvarez, de 55 años. Nacido en Managua, y ordenado sacerdote en 1994. Estudió en Roma, y obtuvo una maestría en doctrina social de la Iglesia en la Pontificia Universidad de Salamanca. Fue nombrado obispo en 2011 por el papa Benedicto XVI

El contexto de lo que sucede está definido por el clima de hostigamiento que el gobierno nicaragüense ha mantenido contra la Iglesia católica, organizaciones no-gubernamentales, candidatos de oposición, el periodismo independiente. Recientemente, se han profanado varios templos, ocho emisoras de radio católicas han sido clausuradas, las Misioneras de la Caridad —de la Madre Teresa de Calcuta— y el nuncio apostólico han sido expulsados del país. Y para colmo, la vicepresidente, Rosa Murillo, esposa del Presidente, declara que se están cometiendo pecados de “lesa espiritualidad” y la policía inicia una investigación contra el mencionado obispo por “ejecutar actos de odio”.

Vatican News reporta que la Unión Europea, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión y el Departamento de Estado de EU, han solicitado cesar la represión y respetar los derechos humanos. Lamentablemente, la atmósfera se tensa cada día. 

El escenario de inmediato nos recuerda la persecución religiosa en México, las homilías de san Oscar Arnulfo Romero en El Salvador, o los sucesos previos a la ejecución de Jerzy Popieluszko en Polonia. La voluntad de poder se impone y cree vencer al aplastar y humillar al otro. Sin embargo, a largo plazo, las cosas son muy otras. El CELAM certeramente ha señalado: “cuando un miembro sufre, todos los miembros sufren con él”. 

El cardenal Leopoldo Brenes se ha dirigido al presidente Daniel Ortega: “Que detenga todo acto de violencia contra la Iglesia, los sacerdotes y la feligresía. No somos enemigos del gobierno: la Iglesia predica el Evangelio, el amor, la paz y la reconciliación. Todos estos actos contra la Iglesia son expresiones de violencia y nosotros responderemos con la Palabra de Dios”.

Las democracias no se consolidan con represión. Sólo el que logra gobernar respetando la difícil libertad de todos, puede eventualmente sobrevivir al juicio de Dios y de la historia. No hay futuro para nadie en la violencia, en el autoritarismo o en la falta de respeto a la libertad religiosa.

POR RODRIGO GUERRA LÓPEZ
SECRETARIO DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA
RODRIGOGUERRA@MAC.COM

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