PASIÓN POR CORRER

Caminante no hay camino

Y aquí estamos después de 10 años de soñarlo, pensarlo y planearlo. No sabemos aún lo que encontraremos, pero espero que tras varias caminatas de más de 20 kilómetros diarios podamos descubrirlo: Santiago de Compostela

OPINIÓN

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Rossana Ayala / Pasión por Correr / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Hoy comenzamos un viaje planeado por más de 10 años, pero no es un viaje cualquiera, es en todo caso, un camino que emprendemos sin saber exactamente lo que en él buscamos o lo que habremos de encontrar.

Lo que sí sabemos es que es un camino para hacerlo sin prisas, sin presiones y sin el ansia de llegar siendo el primero ni el más rápido, simplemente llegar no siendo el mismo, sino alguien que llega más ligero, ya sea por que ha dejado atrás en su trayecto aquello que pesaba demasiado o porque simplemente a través del camino se hizo más fuerte y aprendió a aligerar su carga.

Cada año, llegan al Camino de Santiago, por distintas vías y de distintos puntos del planeta, cientos de miles de personas que vienen a recorrer esta ruta milenaria que a través de los siglos se convirtió primero en un camino de fe, y luego con el paso del tiempo en una vía de comercio y de integración de toda Europa.

Un camino al que después llegarían de todas partes del mundo y al que en el 2019, antes de la pandemia del COVID-19, habían recorrido 348 MIL peregrinos, tan sólo en ese año. Hoy cuando la pandemia aún no termina pero el mundo reanuda sus actividades después de las vacunas, los peregrinos también vuelven al Camino de Santiago.

Ya sea por la ruta del Camino Francés, por el trayecto costero desde de Inglaterra, provenientes de Portugal o del desde el norte y el centro de España, todos los caminos llegan a Santiago de Compostela, ciudad en que de acuerdo con la fe católica descansan los restos del apóstol Santiago, entre los muros de la majestuosa catedral, que es nudo y centro religioso de toda Europa y de la las tierras boscosas de la mágica Galicia.

Por siglos, miles de pies han recorrido este camino, pero también miles de almas, millones de esperanzas, oraciones, ruegos y súplicas que buscaron respuesta por estas rutas montañosas a lo largo del tiempo. Cada quien viene al camino en busca de algo, ya sea para plantear preguntas y encontrar respuestas.

Los peregrinos de la antigüedad cargaban piedras o cruces de madera para expiar culpas o purgar penitencias. Los caminantes de hoy, algunos peregrinos, otros deportistas, turistas ecológicos o viajeros en busca de una experiencia espiritual, pueden tener fines distintos y no siempre religiosos, pero en esencia el Camino que lleva a Santiago de Compostela sigue siendo una ruta de búsqueda, peregrinación y espacio para la reflexión del espíritu.

Y aquí estamos después de 10 años de soñarlo, pensarlo y planearlo. No sabemos aún lo que encontraremos, pero espero que tras varias caminatas de más de 20 kilómetros diarios podamos descubrirlo. A todos les deseo buen camino.

POR ROSSANA AYALA
AYALA.ROSS@GMAIL.COM
@AYALAROSS1

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