Alejandro Murat Hinojosa, gobernador de Oaxaca, anda cantando a los cuatro vientos que quiere ser presidente de la república y para ello ha elegido al PRI, su partido, como vehículo. Aspira pues, en primera instancia, a la candidatura presidencial del tricolor.
Y quizás, quizás, a la de la Alianza (PRI-PAN-PRD), aunque por cómo la ve ahora, la considera “hueca”. Meras siglas pegadas (para él, las alianzas que funcionan son las que entusiasman y las que se hacen con la gente en primera instancia).
Ya trazó su ruta: Terminar “a tambor batiente” su mandato. Entregar la gubernatura el 30 de noviembre próximo y el 1° de diciembre arrancar su campaña rumbo al 2024.
¿Eso significa que Murat no se incorporará al gobierno de López Obrador, ni aceptará una embajada?
-¿Crees que yo cambiaría la presidencia de la república por una embajada, o por una secretaría, o alguna otra cosa? ¡Por supuesto que no!- responde.
En charla con directivos y colaboradores de El Heraldo Media Group, el oaxaqueño recuerda que siempre soñó con el gobernador y se hizo realidad. Ahora, reitera, sueño con ser presidente de la República.
¿Posibilidades de llegar a la silla presidencial? El hijo del exgobernador José Murat Casab, piensa que es posible.
-Ya me metí. De panzazo si quieres, pero ahí aparezco ya en alguna encuesta. Con pequeñas probabilidades…, pero ahí estoy ya, aunque sea de panzazo.
“Si no tiro la piedra, nunca lo voy a lograr. Le apuesto a esa probabilidad, así sea mínima”, parece decirse a sí mismo.
Entre sus negativos, sin embargo, está el haber perdido (para el PRI) la gubernatura del estado en las elecciones de junio pasado. Y no por estrecho margen, sino por ¡35 puntos! A lo que se suma la percepción de que “entregó la plaza” a Morena.
Murat lo rechaza, por supuesto. Insistimos: ¿No considera usted haber perdido? Responde airado: ¡Mi nombre no estaba en la boleta!
“Yo estoy convencido que hice un gran gobierno, el mejor de los últimos años. Cumplí en los indicadores, también en las obras”, alegó.
Su camino hacia la candidatura, empero, enfrenta otro obstáculo: Su tocayo, Alejandro “Alito” Moreno, dirigente nacional del PRI, también la quiere. Algunas de las interrogantes al respecto quedan en el aire. Otras, apenas responde con monosílabos. ¿Todavía amigos? Sí. ¿Apoya a Alito? Lo apoyo. ¿Cómo? Así…, declarándolo. ¿Cree que es un perseguido político? Eso habría que preguntárselo a él.
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GEMAS: Obsequio de la senadora Xochitl Gálvez: “Señorita @_LizVilchis, hace ¡12 años!, con la tecnología anticontaminante adecuada, era buena idea construir una refinería en Tula. Hoy, con la transición energética, ya no lo es. Los tiempos cambian, mi visión también. No intente descalificar lo que desconoce.”
POR MARTHA ANAYA
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