LA ENCERRONA

El trinar de Elon Musk

Así como en la vida presencial, todas las actividades han encontrado una vía multidimensional en el mundo digital. Las marcas comerciales han visto un nicho muy amplio para irrumpir y publicitar todo tipo de productos

OPINIÓN

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Adriana Sarur / La Encerrona / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

“El fracaso es una opción. Si las cosas no están fallando, no estás innovando lo suficiente”. Elon Musk

El nuevo milenio trajo consigo la consolidación y universalización de la internet y con ello el uso masivo y cotidiano de las “benditas” redes sociales digitales. En la actualidad tomamos como algo dado, -algo natural-, mirar videos noticiosos, chuscos, de rutinas de ejercicios o culinarios mientras estamos en cualquier trayecto; charlar en tiempo real con personas al otro lado del pasillo o al otro lado del orbe; publicar nuestros pensamientos, estadías, fotografiar comidas o situaciones que más nos plazca; señalar y difundir (lo que nos parezca) injusticias sociales, ya sea entre pares o ante alguna autoridad, y tener resonancia inmediata o discutir cualquier tema con algún desconocido, pero como pasa en todo, las redes sociales también tienen su contraparte.

Así como en la vida presencial, todas las actividades han encontrado una vía multidimensional en el mundo digital. Las marcas comerciales han visto un nicho muy amplio para irrumpir y publicitar todo tipo de productos, tal cual pasó con los medios tradicionales; el odio también se hace presente en todas las plataformas digitales, así como en las calles de cualquier ciudad; el espectro político también encontró un auditorio propicio para su promoción y difusión, como si hubiera campañas permanentes; de igual manera, (en cualquiera que sea su giro)  los grandes magnates del orbe hallaron en la dimensión digital la manera de multiplicar sus ganancias.

En este sentido encontramos el caso de Elon Musk y Twitter. Si bien el hombre más rico del planeta ya acaparaba una riqueza producto de sus empresas Tesla y SpaceX, los autos de alta gama y con la promesa de algún día conducirse autónomamente y la empresa de fabricación y transporte aeroespacial (que dicho sea de paso, un cohete explotó durante una prueba el día de ayer), respectivamente, es impensable su nivel de influencia sin la red social -del pajarito trinador-. Los nuevos modelos de sus autos de lujo, sus viajes al espacio o incluso un emoji de excremento sonriente inmediatamente son amplificados por sus más de 100 millones de seguidores en esta plataforma.

Por esto, no fue tan sorprendente el anuncio de Musk, cuando en abril realizó una propuesta formal para la compra de Twitter. Y así como sucedió con el aviso de aceptar bitcoins para la compra de un Tesla, el mercado se sacudió completamente. El precio de las acciones sufrieron un vaivén durante todo el proceso acerca de cuál es el porcentaje de bots tiene la compañía y respecto al contenido veraz que se publica, hasta que este martes cayeron de US$54.20 a $32.64 dólares por acción, tras la publicación del multimillonario (en twitter) que se retira de la fusión.

Así, quien ahora no para de trinar es Twitter (en esta ocasión también de coraje) y ha interpuesto una demanda en contra de Musk, para que se continúe con la transacción que asciende a los 44 mil millones de dólares y resarcir las pérdidas que este ha ocasionado a la empresa. Mientras tanto, el magnate sigue trinando sus actividades en su plataforma de preferencia. Una vez más esta novela en tiempos de la digitalización se llevará a cabo en los tribunales (en Delaware) mientras el planeta entero podrá seguir minuto a minuto si Twitter podrá ganarle esta batalla a quien no parece perder nunca, ya sea ante el mercado, el Estado ni el espacio.

POR ADRIANA SARUR
ADRIANASARUR@HOTMAIL.COM
@ASARUR

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