COLUMNA INVITADA

Una pequeña muestra

Llama la atención lo que sucedió en Durango y Tamaulipas, donde los cárteles tienen presencia

OPINIÓN

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Héctor Serrano / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Sea cual sea el resultado, gane quien gane, las dudas, fundadas o no, de que el crimen organizado participó en las elecciones de 2022, no podrán ser borradas. Las acusaciones cruzadas de alianzas inconfesables entre políticos y narcotraficantes fue la constante hasta el último día de la jornada electoral. Los ganadores, independientemente del bando al que pertenezcan, tendrán que lidiar durante su mandato con la sombra de la sospecha.

De los seis estados donde hubo elección, ninguno quedó libre de señalamientos y denuncias por violaciones a la legislación electoral, la constante entre los candidatos fue, más que las propuestas, el tratar de demostrar el nivel de corrupción del adversario.

El uso de recursos públicos en todos los niveles de gobierno, fue evidente en la elección de ayer, de manera cínica o soterrada, los contendientes echaron mano de todos los medios a su alcance para poder ganar. Llama la atención lo que sucedió en Durango y Tamaulipas, donde los cárteles de la droga tienen una presencia dominante, ahí la competencia entre las alianzas fue real, por eso el nivel de confrontación alcanzó niveles insospechados.

Los efectos de la elección empezarán a percibirse, habrá una posguerra electoral gane quien gane, el pronóstico de cómo acaben las cosas es reservado, existe un ánimo exacerbado de venganza. En los próximos meses se sabrá si alguna de las acusaciones fue demostrada de manera fehaciente, en cuyo caso algunas cabezas rodarán, los ganadores ocuparán los primeros meses de su gobierno y de su poder, en saldar las cuentas pendientes con sus adversarios.

La dinámica de las vendettas políticas se esta convirtiendo en una tradición, sobre todo en los estados donde los gobernadores salientes no apostaron por el vencedor. Lo que es innegable, es que el crimen organizado se convirtió en un poder fáctico en casi todo el país, juegan duro a la hora de tratar de influir en los resultados electorales, tienen a sus favoritos, quienes les garantizan impunidad en sus actividades criminales, por eso hacen hasta lo imposible por tratar de beneficiarlos.

Hay tantos bandos del narcotráfico como opciones electorales, por eso la recomposición de las alianzas es constante e inestable. El ánimo conciliador que se tiene con los señores de la droga no podrá durar para siempre, fortalecerán de tal manera su presencia y poderío que no tardarán mucho en tratar de convertirse en el poder real. La falsa calma que pretende proyectar el gobierno federal sólo es el preludio de la tormenta que se avecina.

Si es verdad, como parece serlo, que el crimen organizado tendrá influencia en algunos gobernadores electos, nada bueno puede venir para los ciudadanos. La elección de ayer es una pequeña muestra de lo que nos espera en 2024.

Si existen pruebas contundentes de las alianzas entre criminales y políticos, no debemos ser indolentes y tenemos que actuar en consecuencia, un cheque de impunidad otorgado al crimen organizado desde el poder público sólo garantiza una disminución en la calidad de vida de los gobernados.

Los delincuentes no tienen palabra y viven del dolor ajeno, de nuestro dolor.

POR HÉCTOR SERRANO AZAMAR

COLABORADOR

@HSERRANOAZAMAR

MAAZ