SALTO CUÁNTICO

El agua es un tema político, pero también de educación

Todo comienza desde el núcleo familiar

OPINIÓN

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Karina Álvarez / Salto Cuántico / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En México, la cultura del cuidado y buen uso del agua no existe. Independientemente de los temas políticos por la pelea del agua, que bien sabemos es de lo más actual, hay una enorme falta de sensibilidad de la población por preservar la misma.

Y mientras en las altas esferas se miden entre millonarios para ver quien llega primero por el agua de la luna, acá los terrenales, sufren por algo que ni siquiera saben cuidar.
¿A qué se debe el desdén de la población ante el cuidado del agua, si siempre nos han dicho que es uno de los recursos más vulnerables que tenemos? Simple, a la falta de educación hídrica.

¿Y cómo se logra? Desde el núcleo de la familia.

Pese a que en la escuela desde preescolar nos enseñan a “cuidar” el agua, el mensaje que se percibe es lo opuesto. Me atrevo a decir que todos, al menos los habitantes de la CDMX, hemos visto alguna vez o varias, fugas de agua en la calle, o gente lavando sus carros con la manguera abierta, o lavando el patio a manguerazos, o simplemente desperdiciándola.

Lo mucho o poco que nos han enseñado en las escuelas por décadas no ha sido suficiente para generar una verdadera conciencia entre la población, pues mientras en la escuela nos dicen una cosa en la casa pasa otra.

La falta del agua es cada vez mayor. Lo hemos visto en las últimas semanas con Nuevo León, donde se disputan el agua entre pobladores a madrazos. Y es que los números son críticos y pese a ellos seguimos sin tenerle cuidado.

De acuerdo al índice Ethos, que mide la pobreza en México, el agua y drenaje representan juntos el 41.2% del factor que determina la pobreza, sólo superado por el ingreso de los hogares.

Bueno, pero entonces ¿cómo cuidamos el agua? Una de las mayores enseñanzas me la ha dado mi madre, quien a su vez la recibió de mi abuela, una mujer de Dolores Hidalgo, Guanajuato, que vivía en pobreza extrema y que de lo que más carecía era de agua; espero sirva:

Casi al mismo tiempo que Nuevo León anunció que no tenían agua, acá, en la alcaldía de Xochimilco, en el pueblo donde viven mis padres, también se quedaron sin agua.

Ese lugar es abastecido por un pozo de agua que a su vez tiene una bomba que la distribuye para unas 700 familias. Bueno, pues resulta que la bomba se quemó, o sea, sí hay agua, pero no hay forma de sacarla; entonces comenzó el calvario en la comunidad.

Desde el día uno que se dio aviso del problema, mi madre nos instruyó a los miembros de la familia sobre lo que debíamos hacer y que hemos hecho hasta este momento:

  1. El agua de la lavadora no se va al drenaje, la captamos en botes para usarla para el baño.
  2. Cuando nos lavamos las manos, ya sea en la cocina o el baño, esa agua se capta en una bandeja y se vacía en una cubeta para usarse para el baño.
  3. El tiempo en la ducha está limitado.
  4. Creó un método para captar el agua de lluvia que escurre de la azotea, con ella ha llenado la cisterna y la pileta, además de regar las plantas y usarla para el aseo de la casa.
  5. Ninguna llave permanece abierta más de 10 segundos.

Con estas cinco y sencillas medidas, llevamos poco más de dos meses sin bomba de agua y sin necesidad de comprar pipas de agua. Hemos creado una manera de cuidarla cabalmente, y la costumbre nos lo ha hecho cotidiano.

POR KARINA ÁLVAREZ
K.ALVAREZ.ROSAS@GMAIL.COM
@KAFARK84

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