TRES EN RAYA

México tiene tres problemas: la educación, la educación y la educación

Podemos hacer una muy larga lista de todos los dramas por los que atraviesa nuestro país

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Podemos hacer una muy larga lista de todos los dramas por los que atraviesa nuestro país. Quizá por ello, y ante la vorágine diaria que nos consume, olvidamos que el problema principal que tenemos en México —y no solo durante este sexenio, aunque se ha agudizado enormemente en años recientes— es el precario sistema educativo.

Si el problema educativo disminuyera, por consecuencia mejoraría mucho todo lo demás. Desde luego no a corto plazo; es un reto de largo alcance, por lo que el tiempo apremia. Cualquier esfuerzo en otros frentes será insuficiente si no viene acompañado de la variable educativa. No exagero.

El asunto es que la propuesta de la Cuarta Transformación al respecto, plasmada en el documento “Marco Curricular y Plan de Estudios 2022 de la Educación Básica Mexicana”, muestra ignorancia e ingenuidad de quienes la formulan, así como el desastre que le espera a generaciones presentes y futuras de mexicanos. Leí el documento referido y quiero compartirles algunas ideas que me surgen de su lectura:

Marco y plan son profundamente ideológicos; descansan en un conjunto de pensadores que viven o han vivido realidades educativas y sociales muy diferentes a la(s) mexicana(s) —en su mayoría de Argentina y España—, y que propugnan objetivos sociales genéricamente aceptados para la educación, pero que pretenden ponerse en marcha a partir de conceptos y mediante mecanismos imprácticos rebasados ya desde hace tiempo.

Así, por ejemplo, los argumentos en favor de ‘la inclusión’ educativa son más frecuentemente aducidos por razones de ‘justicia social’ y contra la idea del ‘capital humano’, que como una forma para potenciar las capacidades de todos y cada uno de los educandos. La visión de educación comunitaria y de pensamiento crítico que, al parecer, tiene la SEP, busca más lograr una educación ‘decolonializada’ que enfrentar de mejor manera los Objetivos de Desarrollo Sustentable planteados por las Naciones Unidas y a los que toda nación avanzada aspira (por cierto, las estadísticas mexicanas que se utilizan para sustentar la propuesta son viejas: ninguna corresponde a la actual administración).

Al presentar una visión de ‘interculturalidad igualitarista’ en lugar de igualitaria, llevará probablemente a situaciones de aún más desigualdad educativa que las actuales. No se consideran las diferentes comunidades que existen en las distintas escuelas y localidades de nuestro país y, por tanto, los dispares resultados que se van a lograr con la adopción del modelo propuesto.

En este mismo sentido, nunca se dice cómo se van a preparar los maestros para enfrentar el tipo de educación propuesta; con qué herramientas contarán y cómo se verificará que los aprendizajes sean consecuentes con las enseñanzas —o, más difícil aún, con las aspiraciones educativas.

La crítica que reitera la 4T a las competencias o a las evaluaciones (de planes de estudios, alumnado y profesorado), no vienen acompañadas de descripción alguna acerca de qué las sustituirá. En otras palabras, ¿qué guiará al docente en su construcción didáctica o cómo decidirá lo que debe acentuar en un estudiante a diferencia de otro?

Eso lleva, a su vez, a desentenderse de las necesidades básicas que requieren los individuos y los grupos humanos en la actualidad para aprender, para superarse y para encontrar un nicho o trayectoria en un mundo muy competido. El no usar tecnologías digitales en el aprendizaje de niños y jóvenes y, sobre todo, el no hacer que aprendan a manejarlas de manera fluida, es cerrarles una —tal vez la más importante— vía para que puedan seguir aprendiendo el resto de su vida.

Hay quien dice que en el fondo no importa este nuevo modelo, ya que no habrá suficiente tiempo para que se instale (digo, a menos que la próxima Presidencia neceé con su implementación). Y, sí, quizá le pase lo ocurrido cuando Aurelio Nuño era titular de la SEP: se acabará la administración antes de que el nuevo constructo se instale. Pero, en todo caso, la desgracia es que el problema continuará existiendo y será heredado, como siempre, a las personas insertas y dedicadas al sector educativo nacional (su desarrollo y administración) y a los mexicanos.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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