COLUMNA INVITADA

La impartición de justicia es injusta cuando no es

La calidad de la justicia depende de las sentencias o resoluciones que se dictan

OPINIÓN

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Rafael Guerra / Columna invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

La concretización de los Estados modernos se basó en que cada persona “cediera” parte de su libertad para conformar un valor supremo: el soberano. Es, entonces, en torno al soberano que se institucionalizó la convivencia social concretando la división de poderes. Uno para administrar, otro para legislar y el tercero para dirimir las controversias que naturalmente emergen con la convivencia e interacción humana.

Entonces, el primer paso para impartir justicia es que ella responda al soberano. Que no se constituya en un cúmulo de leyes y códigos aislados de las exigencias y necesidades de la gente a la que están obligados en servir.

Bajo ese contexto, es que desde el Poder Judicial de la Ciudad de México se debe también consolidar una justicia social, popular, cercana a la gente.

Actualmente sumamos esfuerzos para que todas las personas servidoras públicas del Poder Judicial capitalino orientemos nuestras actividades para abrir las puertas de la institución, publicitar nuestra actuación, actuar con austeridad y, principalmente, impartir justicia de calidad.

La calidad de la justicia depende principalmente de las sentencias o resoluciones que se dictan. Estás deben ser sencillas, rápidas y completas. Deben responder a cada problema planteado, emitirse imparcial y legalmente y bajo la actualización del corolario de derechos de los sectores que históricamente han sido vulnerados como las niñas, niños y adolescentes, las mujeres, los adultos mayores, los indígenas, las personas con discapacidad, las personas con preferencias sexuales distintas, entre otros.

Con ese fin, es que a partir del 2019 hemos enfocado nuestros esfuerzos al frente del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México, para concretizar el Plan de Trabajo de Desarrollo Institucional, que, como informamos el año anterior, se ha materializado hasta en un 80.44 por ciento.

Para lograrlo afianzamos la oralidad en varias materias, garantizamos el respeto, protección, promoción y difusión de los derechos humanos e igualdad de género, impulsamos al apoyo judicial e impulsamos la justicia electrónica.

Ante los resultados, no es momento de vanaglorias, por el contrario: desde la judicatura los esfuerzos son constantes. No hay marcha atrás hasta lograr que el Poder Judicial de la Ciudad de México sea lo que los capitalinos merecen: una institución confiable, de vanguardia, eficaz, eficiente y respetuosa de los derechos humanos.

Consolidarlo depende de todas y de todos los que ponemos nuestra fe en la justicia. Por ello, quienes la administramos e impartimos debemos proteger ese bien otorgado y responder con legalidad, honradez, accesibilidad, transparencia, máxima publicidad, rendición de cuentas, plena autonomía, independencia e imparcialidad.

En tal virtud, garantizamos no claudicar en el desafío que representa nuestro momento histórico. Seguiremos modernizando las instalaciones, concretizando la justicia digital y la justicia oral, incrementando con equidad el número de personas juzgadoras y unidades de gestión, implementando la justicia laboral, consolidando la tutela de derechos humanos, la constitucionalidad local y la justicia alternativa.

Como nunca antes, el Poder Judicial de la Ciudad de México ha cambiado. Los logros no son de nosotros, son de todas las personas capitalinas. Cualquiera puede hoy visitar los espacios físicos del Tribunal y verán que son funcionales y seguros. Contamos con una Sala Constitucional que se constituye como paladín de nuestra novel carta magna. Tenemos juzgados de tutela que no existen en otro Estado y constituyen los segundos en el continente americano. La justicia alternativa emerge en el sustento de la nueva cultura de la paz. El turno, las audiencias, los acuerdos y demás actos que se desarrollan en un juicio, son ya digitales, la gente puede consultar desde sus casas y oficinas lo que hacemos. Contamos con la “Firma Judicial”. Existe un equipo multidisciplinario de consultores técnicos, que coadyuvan con los órganos jurisdiccionales en los procesos donde interviene alguna persona con discapacidad intelectual o psicosocial, garantizando el pleno ejercicio de sus derechos. Desarrollamos la carrera judicial y el mérito profesional por encima de cualquier otro mérito.        

Resta mucho por hacer, pero, lo más importante se encuentra en marcha: una justicia que sea justa, una justicia de todas y de todos.          

POR RAFAEL GUERRA ÁLVAREZ

MAGISTRADO PRESIDENTE DEL TRIBUNAL SUPERIOR DE JUSTICIA DE LA CDMX

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