COLUMNA INVITADA

Profecía autocumplida

El incremento de la capacidad militar de la OTAN, principalmente en la región de los nórdicos, podrá representar una verdadera amenaza a Rusia

OPINIÓN

·
Regina Rosales / Columna invitada / Opinión El Heraldo de México

¿Hasta qué punto es prudente desafiar a un país vecino de mayor tamaño y capacidades? ¿Cuándo se cruza la delgada línea del disentimiento y se pasa al desafío explícito? Mario Ojeda, en su famosa tesis Alcances y límites de la política exterior de México, nos recuerda los momentos en nuestra historia en que Estados Unidos reconoció nuestra capacidad de disentir.

Aún durante los años 70 y 80, en los que México tuvo espacios para disentir, nunca se llegó a desafiar abiertamente a Estados Unidos.

Sin embargo, sabemos que en el pasado hubo momentos muy tensos, incluso enfrentamientos armados —lo que costó gran parte de nuestro territorio—.

Desde que se firmó la paz en 1848, hemos trabajado en una relación que ha probado ser ambigua en algunos temas y muy clara en otros, pero lo suficientemente flexible como para no volver a romperse.

Ahora bien, no somos los únicos cuyo destino es tener un país más poderoso como vecino. Pensando en el proceso de ingreso que actualmente llevan a cabo Finlandia y Suecia para adherirse a la OTAN, nos podemos preguntar si esto es pertinente, incluso prudente; o si más bien puede entenderse como un reto hacia Rusia.

¿Cómo han manejado ellos la relación con semejante vecino? Por un lado, la sempiterna solución de la neutralidad sueca ha llegado a su fin. Esta política exterior se adoptó hace más de 200 años, después de que el reino sueco perdiera el territorio finlandés frente al Imperio ruso, momento en que éste se convertiría en gran ducado de Finlandia.

Por otro lado, en los años siguientes a la Segunda Guerra Mundial, la posición de Finlandia se centró el lograr la consolidación de lo que historiadores y diplomáticos han llamado la “finlandización”, doctrina que permitió a este país cooperar con Rusia en varios ámbitos, sin dejar de pertenecer políticamente a Europa Occidental.

De manera muy similar al periodo que Ojeda tenía en mente, Finlandia logró poco a poco que Rusia reconociera que, en muchos aspectos, le era necesario disentir.

A pesar de que ambas naciones han iniciado el proceso de adhesión, Vladimir Putin aún no ve estas acciones como amenazantes.

Sin embargo, el incremento y reordenamiento de la capacidad militar de la OTAN, principalmente en la región de los nórdicos, podrá, en su momento, representar una verdadera amenaza a Rusia.

La adhesión de ambas naciones a esta organización cambiará el paradigma europeo de seguridad, que afectará no solamente a la región norte de Europa, sino que traerá consigo un reordenamiento en todo el continente.

Vuelvo entonces a la pregunta: ¿es pertinente unirse a la OTAN? Muchos pensarán que es necesaria la adhesión a una alianza militar si como Estado pequeño ves amenazadas tu seguridad e integridad.

Pero, ¿es real esta amenaza? ¿O sería más bien una profecía autocumplida, al representar el reordenamiento militar en el norte de Europa un desafío explícito a Rusia? Porque cabe recordar que las razones que llevaron a la invasión de Rusia a Ucrania se han descrito de manera muy similar.

POR REGINA ROSALES

ASOCIADA DEL PROGRAMA DE JÓVENES DEL COMEXI

@REGINAROSTAL

PAL

 

SEGUIR LEYENDO: 

Oposición, sin capitán y a la deriva

Hay que poner un alto al tráfico de armas

México y sus problemas permanentes