AGENDA LEVANTINA

La caja autoritaria

Las series televisivas instalan narrativas y modelos de acción afines a la política regional y el autoritarismo de los regímenes egipcio y sirio

OPINIÓN

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Marta Tawil / Agenda Levantina / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En Egipto, una serie televisiva patrocinada por el Ejército narra el verano de 2013 para “educar” a las masas y decidir qué quedará en los “libros de historia”. ¿El héroe? El actual presidente, Abdel Fatah al-Sissi. En las últimas dos temporadas, los principales protagonistas de Al-Ikhtiyar (“La elección” en árabe) son oficiales militares o de inteligencia que trabajan para derrocar a quien en la realidad fue el primer presidente islamista democráticamente electo, Mohammad Morsi, salido de la Hermandad Musulmana.

Recientemente también, una serie de producción siria Maa Waqf al-Tanfith (“Sentencia suspendida”) se transmite en pantallas saudíes. Es la primera vez en 10 años, desde 2012, cuando las telenovelas sirias desaparecieron de las pantallas chicas de las monarquías del Golfo, tras la ruptura de relaciones diplomáticas entre el gobierno de Bashar el-Assad y varios países de la región. La serie trata del conflicto que ha desgarrado al país; detalla el difícil retorno de los desplazados a su lugar de origen, cerca de la capital. El director de la serie dice que espera que el regreso de las telenovelas sirias a las pantallas árabes signifique un “nuevo avance” en la cooperación entre los productores sirios y los canales del Golfo.

En El Cairo, durante décadas el “Hollywood árabe”, presidentes han estado en la pantalla. En 1996, Nasser 56 contó la epopeya de Gamal Abdel Nasser en blanco y negro durante casi dos horas y media.

En 2001, el presidente Anouar el-Sadat dio su nombre a una película. Según uno de sus autores, Baher Dueidar, la serie Al-Ikhtiyar está dirigida incluso a los egipcios del futuro. Es necesario, insiste la prensa, hacerles “darse cuenta de los esfuerzos del Estado para protegerlos del terrorismo”.

Del lado de Siria, las telenovelas producidas ahí han sido populares durante mucho tiempo en el mundo árabe, especialmente durante el mes de ayuno musulmán del Ramadán, un momento de máxima audiencia para los espectadores de la región.

En Egipto los presos políticos son legión, la protesta se queda amordazada y la violencia estatal aparece peor que en tiempos del presidente Hosni Mubarak. Por su parte, en Siria se promulgó hace unos días una ley que establece una sentencia de prisión de seis meses para los sirios que residen en el país y difunden información que “daña el prestigio” del Estado.  

La marea lenta, pero implacable, del adoctrinamiento en la pantalla chica, que hace pendular al televidente diferentes valores políticos y sociales atravesados por el narcisismo de los líderes, conducen a la imposibilidad de la práctica ciudadana y la democracia.

Este tipo de series, que suponen parte del tiempo de reposo de los ciudadanos, instalan así narrativas y modelos de acción afines al régimen, sus gestos autoritarios y su política regional.

POR MARTA TAWIL

INVESTIGADORA DE EL COLMEX

PAL

 

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