ANÁLISIS

Hacia una nueva reforma migratoria integral en Estados Unidos

La igual dignidad de cada ser humano requiere protección con igual justicia para todos

OPINIÓN

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Rodrigo Guerra López / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

En Estados Unidos hay más de 62 millones de personas de origen hispano en la actualidad. Si bien es cierto que la población blanca es la más numerosa, el más reciente censo indica que ha comenzado un proceso de disminución del tamaño de la misma: de 63.7 por ciento en el año 2010 a 57.8 por ciento en 2020. 

Esto significa, entre otras cosas, que la población hispana en Estados Unidos cada día adquiere mayor relevancia cuantitativa y cualitativa. Pensemos por un momento que la población hispana en la Unión Americana es más grande que la población de España y que la de cualquier otro país de América Latina, con la excepción de México y Brasil

Las proyecciones indican que hacia el año 2060, uno de cada cuatro norteamericanos será de origen hispano.

 En este contexto, durante la semana pasada, los principales responsables de la pastoral hispana de Estados Unidos, se reunieron en Washington, para reactivar los compromisos estratégicos necesarios para una renovación eclesial y social más plena, de acuerdo a los llamados del papa Francisco. 

En el marco de este evento el Consejo Nacional Católico para la Pastoral Hispana de Estados Unidos realizó un día de cabildeo en el Capitolio, dirigido por el obispo Mario Dorsonville, presidente del Comité de Migración de la Conferencia Episcopal; 400 líderes hispanos de la Iglesia católica se encontraron con sus representantes para exigir una “reforma migratoria integral”. 

Esta petición nace de la recuperación de la conciencia en Estados Unidos sobre la importancia que posee la doctrina social de la Iglesia como “buena noticia” para los miembros de todos los partidos políticos. “Se trata de salvaguardar la dignidad de las personas que, por un sistema migratorio ineficiente e injusto, viven en la oscuridad y sin poder defender sus derechos”, apuntó monseñor Dorsonville. 

“No más promesas vacías, necesitamos ya una reforma legal de las leyes migratorias”. Casi al mismo tiempo, los presidentes Biden y López Obrador tuvieron una conversación virtual de 52 minutos, el pasado viernes, sobre asuntos migratorios. 

Las notas de prensa reportan que se buscan crear nuevas medidas para frenar la migración proveniente de la frontera con México. Tal vez sea el momento en que tanto los diálogos gubernamentales, como los procedentes de las iglesias y de la sociedad civil organizada, en ambos lados de la frontera, comiencen a adquirir el horizonte que ofrece el concepto de “reforma migratoria integral”. 

Más allá de tecnicismos, lo que involucra un esfuerzo de esta naturaleza, es que todas las personas puedan migrar ordenadamente, bajo normas renovadas, que aseguren la vigencia plena de los derechos humanos en todo momento. 

Una visión parcial o ideológica de los derechos humanos, conlleva no sólo una injusticia para cierto segmento de la población, sino un desajuste en el Estado de derecho, que antes de ser un “estado de leyes” consiste en la búsqueda continua de que la igual dignidad de cada ser humano, sea protegida con igual justicia. 

En este tema una importante área de oportunidad se abre para Estados Unidos, para México y para todos los países involucrados en la migración actual hacia el vecino del norte.

POR RODRIGO GUERRA LÓPEZ
SECRETARIO DE LA PONTIFICIA COMISIÓN PARA AMÉRICA LATINA
RODRIGOGUERRA@MAC.COM

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