COLUMNA INVITADA

Propuestas de reforma sin sustento ciudadano

El debate crece y se agolpan propuestas de reforma electoral. Lo que no se ve son espacios de diálogo

OPINIÓN

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Arturo Sánchez Gutiérrez / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El debate crece y se agolpan propuestas de reforma electoral. Lo que no se ve son espacios de diálogo y construcción de acuerdos. Es más, las nuevas propuestas incrementan las diferencias y el consenso parece más lejano que nunca. Las propuestas del PAN y el PRI difieren en varios puntos de la propuesta presidencial, además de que no se complementan entre sí, suman temas de gran calado al debate, sin debate previo o una visión que proyecte una propuesta ciudadana, democrática, integral, para fortalecer nuestro sistema electoral.

La propuesta del Partido del Trabajo destaca por su distanciamiento de la propuesta presidencial. En su exposición de motivos se realiza un interesante análisis histórico de las reformas desde 1977 a la fecha, reconoce el avance democrático del país y la fortaleza de las instituciones electorales actuales. En su página 14 apunta: “Esta iniciativa no contiene ninguna propuesta radical para reformar la conformación del órgano principal del Instituto Nacional Electoral, tampoco de los órganos jurisdiccionales, menos aún, se busca cambiar la forma de representación política de nuestro país…”

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Al revisar las propuestas de todos los partidos en conjunto, pareciera que se busca una reforma fundacional del sistema electoral mexicano, pues transformarían aspectos fundamentales de nuestra vida democrática: (1) La representación política, al modificar la integración del Congreso; (2) Las condiciones de la competencia partidista, al cambiar el financiamiento público y acceso a los medios; (3) Las características de los órganos encargados de la organización de las elecciones, locales y federales, administrativos y jurisdiccionales, y su integración; (4) El sistema para la elección de la Presidencia con una Segunda Vuelta, además de incorporar la Vicepresidencia de la República; (5) El modelo de comunicación política y la propaganda gubernamental; (6) La conformación de gobiernos de coalición; (7) La incorporación de nuevos mecanismos de democracia participativa; (8) La forma de fiscalizar los ingresos y egresos de los partidos; (9) La forma de emitir el voto a través de mecanismos electrónicos; y (10) Los criterios para la reelección de los puestos de elección popular, entre otros temas.

Si se toma en serio la reforma, es necesario fomentar un amplio debate, con una intensa participación ciudadana y un análisis serio de las implicaciones de cada cambio, además de que las fuerzas políticas deberían de establecer mecanismos para construir acuerdos en muy poco tiempo. Pero si solo se trata de proyectos, yo tengo una propuesta simple: no se arriesgará cambios de esa profundidad antes de una elección presidencial. No es oportuno ni pertinente. Constrúyanse primero las bases del consenso, organícese un debate abierto y entonces, que vengan los cambios. Hoy por hoy, con las leyes electorales vigentes, se puede organizar el 2024, con la calidad con que se organizó el 2021. Así lo ha demostrado el INE.

POR ARTURO SÁNCHEZ GUTIÉRREZ

*Profesor Investigador, Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno Tecnológico de Monterrey

@ArturoSanchezG

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