Durante la gira por Centroamérica y El Caribe, que concluyó en Cuba, Andrés Manuel López Obrador llegó con la “buena nueva” de que firmó un acuerdo de cooperación de salud que incluye la compra de la vacuna Abdala, para inmunizar a niños, aunque no ha sido aprobada por la OMS.
Además, la contratación de 500 cubanos presentados como médicos sin comprobar o acreditar la profesión de estos, tal y como pasó en 2020, cuando inició la pandemia de COVID-19, y se contrataron 585 personas de la isla para supuestamente prestar servicios de salud, aun así cuando esta acción ya ha sido catalogada por la ONU como trabajo forzoso.
Y el plus de este acuerdo fue que los médicos generales mexicanos puedan formarse en Cuba como especialistas a través de becas, informó el propio mandatario; sin duda “un negocio redondo” en materia de salud.
Este convenio o acuerdo no beneficiará en nada al país, todo lo contrario, generará un enorme gasto al erario público y un poco más con el nuevo capricho del Presidente de intervenir en la profesionalización de nuestros médicos, al obligarlos a realizar sus residencias en Cuba.
Y no es nada personal con las 500 personas que quiere importar el Presidente, mucho menos es xenofobia, sino el trasfondo que tiene esta acción de la 4T, que a su vez promueve el comercio humano y una especie de esclavitud en pleno siglo XXI, porque el régimen cubano retendrá 90 por ciento del salario de quienes vienen a “ejercer”.
No hay necesidad de una importación de supuestos expertos en Salud, cuando en México hay más de 50 mil médicos desempleados, y los que ejercen tienen un salario de nueve mil a 17 mil pesos, mientras que los extranjeros cubanos percibirán 145 mil pesos mensuales que, desafortunadamente, tampoco llegarán a sus bolsillos, sino a las arcas del régimen cubano.
Esta contratación sólo se puede entender como la vieja usanza de un desastre anunciado; la media popularidad, lo único que queda al Presidente, que recurre a viejas prácticas de adoctrinadores comunistas para formar núcleos socialistas disfrazados de ayuda médica, mientras se financia la dictadura cubana.
Esa es la estrategia del gobierno “transformador”, el oxigenar a la tiranía cubana, el querer introducir una educación socialista, por eso los cambios a la Reforma Educativa; por eso su constante ataque a contrapesos, su lucha por desaparecer las instituciones y la democracia, por eso las reformas retrógradas y la asidua ayuda a dictadores. Todo por su obsesión de regresar al pasado.
El país no necesita hipotéticos doctores, en México tenemos notables y destacados médicos de diversas especialidades, muchos de ellos, sólo necesitan la oportunidad que se le ofrece a Cuba, tampoco necesitamos agentes comunistas que costarán millones de pesos que requerimos para hacerle frente a la inflación, y no para infiltrar ideas sacadas de un ropero desusado.
JULEN REMENTERÍA
SENADOR DE LA REPÚBLICA
@JULENREMENTERIA
MAAZ