COLUMNA INVITADA

México ante la Cumbre de las Américas

México debe decidir si se alía con Estados Unidos o voltea de forma definitiva hacia la agenda de la confrontación

OPINIÓN

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Gina Andrea Cruz Blackledge / Colaboradora / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Foto: Especial

La Novena Cumbre de las Américas está en el ojo del huracán por la posibilidad de que el país anfitrión, Estados Unidos, no invite a Cuba, Nicaragua y Venezuela. El presidente Joe Biden vive un momento difícil en su mandato, con más de un millón de muertos por la pandemia, una crisis migratoria que México está conteniendo, altos niveles de inflación y bajos niveles de aprobación de cara a las elecciones intermedias de noviembre 8, en las que se definirá el control del Capitolio.

La polarización que se ha dado a raíz de la posible exclusión de países considerados como autoritarios, se ha visto agudizada por la percepción de que Estados Unidos pretende liderar e imponer una agenda continental. La realidad, como suele suceder, es mucho más compleja. Estamos ante la definición de nuevos equilibrios globales y regionales en un mundo post pandemia, en el que la invasión de Rusia a Ucrania tiene consecuencias impredecibles.

El presidente López Obrador ha lanzado un ultimátum sobre su probable no participación, a raíz de la exclusión de países que han descartado adoptar un régimen democrático. Este ultimátum es un motivo adicional de fricción en las relaciones con los Estados Unidos, país que puede aprovechar la Cumbre para promover la agenda de un sistema internacional basado en reglas, sustentado en la democracia liberal y el Estado de derecho. La Cumbre es un escenario el que se plasmarán diferentes visiones, así como la posición ante la penetración de China en America Latina utilizando el “poder blando” del comercio y la diplomacia.

Con la postura presidencial ante la Cumbre, México está redefiniendo su papel en el continente ante las grandes potencias de América del Norte y ante los países del Cono Sur. Las tensiones que hoy vemos se dan en un entorno continental caracterizado por la fragmentación de los mecanismos de integración comercial y de cooperación entre naciones, en el que se podría definir una ambiciosa agenda regional a favor de la paz y la prosperidad.

En este escenario México debe decidir si se alía con Estados Unidos para promover una agenda global que internacionalice la democracia, las libertades, el Estado de derecho, el imperio de la ley y el respeto incondicional a los derechos humanos o voltea de forma definitiva hacia la agenda del autoritarismo y la confrontación.

Más allá de confrontaciones y divisiones, la Cumbre enfrenta el reto de consolidar esfuerzos comunes ante fenómenos continentales como el cambio climático, la desigualdad, la delincuencia organizada trasnacional y los flujos migratorios. La paz, la prosperidad y el orden del continente dependerán de la voluntad de las naciones para que, por encima de confrontaciones y divisiones, prevalezcan la unidad, la concordia y la colaboración.

POR GINA ANDREA CRUZ BLACKLEDGE
PRESIDENTA DE LA COMISIÓN DE RELACIONES EXTERIORES AMÉRICA DEL NORTE EN EL SENADO DE LA REPÚBLICA
@GINACRUZBC

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