TRES EN RAYA

¿Por qué AMLO? Sencillo: el mexicano quiere un gobierno autoritario

¿Por qué López Obrador sigue siendo tan popular? Mucho se ha escrito en el sentido de su carisma

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

¿Por qué López Obrador sigue siendo tan popular? Mucho se ha escrito en el sentido de su carisma, de sus programas clientelares -que no sociales-, del hartazgo ciudadano hacia regímenes de otro color, plagados de corrupción y nepotismo. Hay quienes sencillamente lo adoran en una suerte de compenetración emocional más que racional.

Sabemos que el presidente dedicó muchos años de su vida a recorrer el país y a empaparse del sentir de la gente hasta el punto de mimetizarse con el mexicano. Y me parece que ahí radica el origen de su inmensa popularidad: AMLO ha sabido comprender, y subsecuentemente encabezar, el declive en el anhelo democrático de la población.

El Latinobarómetro ha expuesto en sus ediciones más recientes que en América Latina se cree cada vez menos en la democracia y se decanta cada vez más por regímenes autoritarios. Pues bien, México se dirige también en ese sentido.

El dicho aquel de ‘cada pueblo tiene el gobierno que se merece’ debe ser actualizado a algo así como: ‘cada pueblo tiene el gobierno que lo imita’. La población mexicana ya ha probado las mieles de la elección democrática de sus gobernantes solo para pedir y apoyar la GESTIÓN no democrática por parte de esos gobernantes electos. El mexicano en general continúa buscando tener un ‘papá gobierno’ y si este es de corte autocrático, todavía mejor.

Hace algunos meses (octubre de 2021) el encuestólogo Alejandro Moreno esbozó una buena radiografía de la información dada a conocer por Latinobarómetro en el diario El Financiero. Pues bien, si ahondamos en lo expuesto por él, encontramos que en México la gente estaba describiendo su gusto por un gobierno autocrático, tipo el que dirige López Obrador, y su disgusto por la democracia y el Estado de derecho. Y esa es la piedra angular que explica la popularidad del primer mandatario.

Sé que lo que sostengo es difícil de asimilar. De hecho, entre más educado y preparado es en promedio un ciudadano, más ridícula le parece esta noción (no en balde el propio titular del ejecutivo expuso en una conferencia de prensa que entre mayor nivel educativo —en promedio— menor el apoyo a la Cuarta Transformación).

En ocasiones, a muchos nos resulta más digerible decir que López Obrador es antidemocrático, porque no nos atrevemos a aceptar que el antidemocrático es el pueblo de México y que, en razón de ello, un amplio margen de la población apoya la gestión lopezobradorista.

Quienes señalamos los abusos de la 4T (o de cualquier gobierno) no compartimos ese sentimiento antidemocrático, mas sí podemos comprender que a la ciudadanía en su conjunto le agradan ese tipo de gobernantes; unos quienes, a pesar de llegar de forma democrática al poder, se tornan en autoritarios en el ejercicio de este sin que haya consecuencia social alguna.

Lamentable. No es políticamente correcto aceptar el desagrado por la democracia, pero en la práctica se prefieren los sistemas donde las decisiones no consumen tiempo en discusiones.

En ese sentido, veo como más factible que emigremos como nación a un sistema aún más autoritario antes que afianzar uno plenamente democrático. Y me temo que tendremos 4T para largo no necesariamente por falta de oposición o de una narrativa alterna, sino porque en el fondo la gente no quiere un sistema democrático en el ejercicio de gobierno. Una cruda realidad que no terminamos de ver.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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