Aún demostrando nuestro afecto constante y siendo conscientes que por ellas estamos en este mundo y que nos hemos convertido en quienes somos; es cada 10 de mayo, Día de las Madres, cuando les agradecemos, de manera especial, por todo lo que nos han dado.
Esta fecha también es un recordatorio permanente de las dificultades a las que se siguen enfrentando las mujeres que deciden ejercer su maternidad, en aras de intentar balancear las distintas actividades que desempeñan.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020 del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), de las 48.6 millones de mujeres de 15 años y más que residimos en México, 72.3 por ciento (35.2 millones) tienen al menos una hija o hijo.
De ellas, 7 por ciento se identificó como madres solteras.
Al paso del tiempo, los estereotipos tradicionales sobre la maternidad, abocados a dar valor a las mujeres por su facultad reproductiva y a centrar sus labores a la crianza y al hogar, poco a poco se han transformado con concepciones más abiertas, desde el hecho de decidir libremente, tener o no descendencia, poder prepararnos, dedicarnos a aquello que queramos, y combinar los diversos ámbitos en los que nos desenvolvemos.
Muchas madres generan ingresos y son parte activa del mercado laboral.
De acuerdo con el Inegi, en 2020, su tasa de participación económica fue de 42 por ciento.
Según la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo 2019, a pesar de cumplir con una jornada completa de 40 horas o más, las mujeres dedicaron un mayor número de éstas a la semana (25.7) a la atención doméstica que los hombres (11).
Este mismo instituto reportaba que, en 2020, 33 de cada 100 hogares mexicanos eran encabezados por una mujer.
Las jefas de familia presentan un mayor grado de vulnerabilidad por la limitación de acceso a empleos remunerados de calidad.
En este contexto, adicional a una crianza compartida y a la distribución equitativa de las responsabilidades familiares, las tecnologías son aliadas para conciliar el tiempo que las madres dedican a su formación, empleo, familia y a ellas mismas, al ofrecerles alternativas educativas, de trabajo o de emprendimiento a distancia que, de manera flexible, les permiten cubrir las múltiples tareas que hacen.
Decía Arthur C. Clarke, autor de 2001: Una odisea espacial, que “cualquier tecnología suficientemente avanzada es equivalente a la magia”.
Nuestras mamás hacen toda clase de trucos para dividirse en mil partes y extender las horas del día, no sólo para cuidarnos, sino para cubrir todas las funciones que les ocupan.
Es justo que aprovechen las bondades que las herramientas digitales les brindan para equilibrar los diferentes roles que realizan en lo personal, profesional y laboral, a fin de lograr su desarrollo integral en condiciones de igualdad.
POR BEMARINA SAN MARTÍN REBOLLOSO
COMISIONADA INFOCDMX
@NAVYSANMARTIN
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