COLUMNA INVITADA

Más vale un mal arreglo que un buen pleito eléctrico: Negociar o no negociar, esa es la pregunta

Llegar a la mesa de negociación con la idea de castigar, no sería una negociación

OPINIÓN

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Miguel Ángel Marmolejo / Columna Invitada / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Más allá del laberinto jurídico y de los recovecos legales, de las filias y fobias, de los dimes y diretes, de ganar o perder, de vencedores y vencidos, la pregunta al día de hoy para las sociedades de autoabasto y productores independientes es, ¿negociar o no negociar?

El Presidente Andrés Manuel López Obrador hizo en la mañanera un llamado a estos actores para que se sienten a negociar, buscar alternativas de solución, antes de hacerlo penal, sobre todo el mensaje va dirigido a 20 empresas que dan el servicio a 70 mil usuarios, la mayoría extranjeras, donde el mecanismo de autoabasto, en su opinión, es una especie de mercado clandestino, informal e ilegal, por lo que hace un llamado al diálogo, porque incluso está terminando de hacer un análisis sobre que actores están en la ilegalidad completa, sin embargo está dispuesto a buscar un proceso de transición, donde no se perjudique al pueblo, se proteja a la CFE y se les den opciones a quienes de manera, consciente o inconsciente, actuaron al margen de la ley.

Es cierto que el gran obstáculo hoy por hoy es la desconfianza entre las partes, independientemente de la notoria desventaja que representa la asimetría de poder del gobierno federal frente a los actores responsables, por estar jugando de local, de ahí la importancia que durante la conducción de las negociaciones, prevalezca la buena fe, la transparencia, las reglas claras del proceso de negociación, la comunicación efectiva a los medios de comunicación, y la formulación de un incentivo económico equitativo y duradero.

Llegar a la mesa de negociación con la idea de castigar, no sería propiamente una negociación. El estándar de trato más aceptable para los actores responsables sería el de un inversionista, a la luz del derecho internacional de la inversión, máxime por tratarse de empresas extranjeras, sin discriminar a los inversionistas locales, debiendo recibir un mismo trato, con el objetivo de evitar -mientras tanto- la suspensión del suministro de la electricidad a los 70 mil usuarios, permitiéndoles realizar sus actividades productivas, previniéndose igualmente un conflicto social  (amable lector le sugiero abstenerse de comparar el presente conflicto con el propio entre Churchill y Chamberlain, no es equivalente).

De no lograrse los acuerdos esperados, no todo estaría perdido, puede continuarse la negociación ante una instancia distinta, asistida con uno o varios mediadores, conforme a las nuevas reglas de mediación Inversionista-Estado del Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a las Inversiones del Grupo Banco Mundial (CIADI).

A la pregunta de negociar o no negociar estimado lector, la respuesta nunca será fácil, pero la lógica nos dice que al aplicarse un criterio de costo-beneficio-riesgo-alternativa, lo más sensato siempre será negociar, claro, siempre y cuando exista -fair play-, porque más vale un mal arreglo que un buen pleito eléctrico.

¡Felices pascuas!

Miguel Ángel Marmolejo

Profesor investigador en Derecho Energético SNI-1, CONACYT, adscrito a la Facultad de Derecho y Criminología de la UANL

MAAZ

 

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