TRES EN RAYA

Quedó claro: la democracia reside en la ciudadanía

La exigencia y el monitoreo de sus representantes es lo que hizo que los diputados recordaran su razón de ser: deberse a los clamores y demandas de los electores y no a la voz monocorde de un líder de fracción, de un grupo o de un individuo en particular

OPINIÓN

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Verónica Malo Guzmán / Tres en Raya / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Estamos ante un cambio de paradigma, por lo que es momento de actuar. En lo que sucedió en la Cámara de Diputados este domingo, sin duda lleva algo de mérito lo que logró la oposición partidista. Mas, quien se lleva las palmas fue el ciudadano como forjador del resultado, más allá de los líderes políticos y de los legisladores que optaron en favor de México, no dejando pasar la contrarreforma al sector eléctrico. 

Los verdaderos artífices fueron los ciudadanos, la ciudadanía en su conjunto. La exigencia y el monitoreo de sus representantes es lo que hizo que los diputados recordaran su razón de ser: deberse a los clamores y demandas de los electores y no a la voz monocorde de un líder de fracción, de un grupo o de un individuo en particular.

En este ejercicio democrático que culminó hace dos días se vivieron diversos momentos en que la participación ciudadana hizo la diferencia y mostró un peso específico, particularmente en lo que se refiere a la decisión de los diputados de oposición. Vamos a mencionar algunos de ellos:

Los diputados de la actual legislatura recibieron más de ¡250 mil misivas! donde se les pedía votaran en contra de lo que se conoció como Ley Bartlett. Se dejó ver nuevamente, después de mucho tiempo de no aparecer en escena, el principio de representatividad. Los representados le pidieron a los legisladores su voto en función de las necesidades de la población, que si bien minoritaria, también cuenta.

La pregunta que circuló en redes sociales (específicamente en Twitter) donde se cuestionaba a cada uno de los diputados de MC, PAN, PRI, PRD y — también— PVEM, pocos días previos al domingo, la intención de su voto, además de ser realizada por tuiteros reconocidos fue secundada por personas que viven en los distintos distritos representados por los legisladores. 

La presión en las redes fue tal que más de un diputado se convirtió en Trending Topic al tardar en contestar o al ofrecer una respuesta tibia. Esa observancia fácil para el ciudadano y de fuerza por cuanto a cantidad se refiere, tuvo además otro efecto secundario: impulsó la fuerza de la decisión de los legisladores a la hora de emitir su voto.

Primero fue el seguimiento en tiempo real de medios de información respecto a la entrada de los diputados de oposición al recinto legislativo, un día antes de la votación ante la amenaza de que no iban a poder acceder a la cámara. Luego, la difusión pública de las intervenciones de cada uno de ellos en tribuna, así como la denuncia de las tácticas dilatorias por parte de legisladores de Morena y aliados políticos.

Esta interacción en tiempo real entre legisladores y ciudadanos se convirtió en la energía requerida para que los diputados rindieran cuentas de forma inmediata. A modo de ilustración: se agradecieron las explicaciones del diputado naranja Salomón Chertorivski, las del legislador Ildefonso Guajardo del PRI sobre las consecuencias perjudiciales para el futuro de México de la contrarreforma energética o las de María José Gamboa (PAN Veracruz), quien especificó las incongruencias de la misma.

Este otro paradigma, uno que exige de los diputados ser representantes de la ciudadanía, contrasta fuertemente con el que sigue la Cuarta Transformación que se sustenta en un concepto tan poco concreto como manipulable llamado “pueblo”. Esto es, la noción de ciudadanía y el ejercicio de esta no es algo que las autoridades del actual régimen federal alienten. Sin embargo, es el ejercicio pleno del ente ciudadano lo que se traduce en representatividad coherente, y congruente. La ciudadanía es la que tiene derechos, obligaciones y la que ahora parece entender el peso de su exigencia hacia las autoridades electas. 

Ojalá veamos esta participación ciudadana más seguido. El “pegamento” y crisol de la fuerza de la oposición en México en estos momentos se alimenta de los ciudadanos. Y es en ellos donde reside la democracia de nuestro país.

POR VERÓNICA MALO GUZMÁN
VERONICAMALOGUZMAN@GMAIL.COM
@MALOGUZMANVERO

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