Este año ha sido muy importante dentro del feminismo, a pesar de las descalificaciones por parte de nuestro gobierno federal sobre el movimiento; así como pérdidas de hermanas, amigas, madres, hijas, aquí estamos.
En este día, considero que hay un motivo para celebrar, comenzamos a probar lo que llevábamos años pidiendo: que la justicia fuera para todas y en contra de los agresores, que no hubiera personas intocables; esto no hubiera sido posible sin que todas empujáramos hacia el mismo lado. Hace un año no imaginábamos lo que hoy celebramos; ya podemos tener ejemplos que den fuerza a todas.
Aunque denunciar legalmente sigue siendo un ejercicio personal e incuestionable, dejó de ser tan lejana la idea de obtener justicia cuando el agresor está en la esfera pública y privilegiada.
Hace un año, más de 60 mujeres entrecomillaron el nombre de Andrés Roemer acompañadas de sociedades civiles dedicadas a la defensa de mujeres víctimas de violencia de género, pero juntas, con todas agrupándolas y acompañándolas durante el proceso; hoy ese hombre tiene una deuda con ellas y la justicia, misma que es tan real que debe esconderse en otro continente y usar otro nombre. Pero eso no fue todo, las mujeres que fueron víctimas de Félix Salgado pudieron cuestionar a un candidato a una gubernatura, pusieron una lupa especial en esta persona, y aún bajo la revictimización del sistema, así como de partidos políticos y del propio presidente, su candidatura fue cuestionada de inicio a fin, fin que llegó antes de las urnas. Sin embargo, el feminismo no tiene fronteras. Pedro Salmerón no logró ser embajador de Panamá y es que no importa lo buen historiador que fue o es; acosó a aquellas que fueron sus alumnas dentro de una institución educativa, y que ningún acosador será embajador.
El mensaje de las mujeres que denunciaron desde años atrás a Pedro fue escuchado, aunque no en su país. Y como estos casos, hemos visto tantos y de todos los perfiles, influencers, actores, artistas, empresarios, ex gobernadores, senadores y diputados federales y locales, abogados desde notarios hasta asociados de despachos penales.
En fin, la premisa de que, un agresor se encuentra en todas las esferas se volvió incómoda. Nos queda mucho que cuestionar, pero también que aprender, aprender a empatizar, a reconocer la deuda existente con las mujeres víctimas. Cada uno han sido logrados, con el único objetivo que ellos no repitan sus acciones, que a ninguna otra mujer le pase lo que ellas vivieron, y aunque el objetivo fue ese, el mensaje fue apabullante y concreto… ya no hay intocables.
POR DIANA MURRIETA
PRESIDENTA NOSOTRAS PARA ELLAS
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