COLUMNA INVITADA

La "grilla" mata al Estado

Las políticas públicas y falsos argumentos democráticos difuminaron este tipo de acciones y con ello un poder, el del Estado, se dejo de ver y sentir; y se suplió con otros, entre ellos, el crimen organizado

OPINIÓN

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Óscar Sandoval / Colaborador / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

Nuestro peor enemigo es que no comprendemos qué es el Estado. Ese es el verdadero peligro para México. El argumento para no explicarlo u obviarlo es que es un concepto demasiado etéreo, y mucho lleva de razón; pero hubo en tiempo en el que en México el Estado se veía y se sentía (y no a través de represión o el ejército). 

Vengo de una familia con vocación de servicio público. En la inauguración de una pequeña clínica familiar del ISSSTE en la sierra de Chihuahua, siendo un niño, una persona me dijo: esto acerca la salud a las comunidades, pero también les recuerda que el Estado mexicano está presente en sus vidas.

Las políticas públicas y falsos argumentos democráticos difuminaron este tipo de acciones y con ello un poder, el del Estado, se dejo de ver y sentir; y se suplió con otros, entre ellos, el crimen organizado.  

Hay que reconocer que la #4T ha desplegado estrategias para tratar de recuperar esto. La CFE de Manuel Bartlett lo tiene claro y es parte del espíritu de la Reforma Eléctrica porque es un buen vehículo para que el Estado se vuelva a hacer presente físicamente en todo el territorio mexicano, lo que, entre otros beneficios, trae seguridad pública. 

El problema es que funcionarios y legisladores afines a la #4T, en la ceguera que a todos da el poder y el deseo de agradar al presidente, están también atentando contra el Estado mexicano y el mercado que no es utopía o buen deseo, sino realidad global. Erosionar a ambas nos desangra. 

La discusión de la Reforma Eléctrica es política, hace mucho, si lo fue, dejó de ser técnica. 

La forma de dar vida a la postura de que el sector energético está excluido del TMEC es con el argumento del momento de que es anti soberana ya que hace que México claudique frente a tratados internacionales, entre ellos el TMEC. Vayamos al detalle porque en él se junta la ley con la política. 

El 20 de marzo de 2018 a través de su cuenta de Twitter, el candidato López Obrador señaló que, en caso de ganar, Jesús Seade sería el encargado de la renegociación del TLCAN. Fungió como tal. 

El 30 de mayo de 2019 el Ejecutivo Federal puso a consideración del Senado de la República el TMEC. El 19 de junio el Pleno del Senado en sesión extraordinaria aprobó el TMEC con 114 votos a favor, 4 en contra y 3 abstenciones. En julio, un mes después el negociador del presidente señaló “reabrir el acuerdo es un peligro que no queremos enfrentar porque hay muchísimas demandas que podrían formularse”. 

En noviembre de 2020, el presidente López Obrador entregó la Condecoración Miguel Hidalgo, en grado de banda, a Jesús Seade Kuri, y señaló “Fue muy destacada su participación en este tratado (…) sin perder nuestra independencia, ni nuestra soberanía”. Esto mata muchos argumentos políticos (que más bien deberían ser legales) a favor de la Reforma Eléctrica. 

El Gobierno de México fue parte y apoyó lo negociado en el TMEC, el Senado lo aprobó y con ello la consolidación en el Tratado de la reforma energética del 2013. Incluso, el Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques del Senado de la República, enfatiza que México negoció que el mecanismo de solución de controversias inversionista – Estado se mantenga para un grupo de industrias, incluidas las de generación de energía eléctrica, hidrocarburos y gas natural. 

Quiero creer que alguien no le explicó esto al presidente en su momento, y tal vez tampoco lo están haciendo ahora. 

La insistencia de Ricardo Monreal en la modificación no es casualidad. Sabe que desde el propio Senado no se puede ir contra la primera facultad que le otorga la Constitución: analizar la política exterior del Ejecutivo y aprobar tratados. Debe de tener claro que los senadores de la República que votaron el TMEC no pueden ser incongruentes al votar la Reforma Eléctrica en sus términos actuales. 

En política “no se debe hacer el ridículo” y es urgente, que el Estado se haga presente. Lamentablemente por la forma en la que se está procesando, incluida la SCJN, más que fortalecer al Estado, lo estamos erosionando. 

Contradecir lo que aprobamos nos hace más políticos y debilita del Estado. Por ello, si lo que se busca es fortalecerlo, es urgente cambiar la estrategia y los argumentos.

POR ÓSCAR SANDOVAL SAENZ
CONSULTOR, SOCIO DE 27 PIVOT
OSANDOVALSAENZ@27PIVOT.COM
@OSANDOVALSAENZ

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