De acuerdo con una anécdota que circula en medios internacionales, el ahora presidente ruso Vladimir Putin cuenta que cuando niño cazaba ratas en su natal Leningrado, hasta que un día al perseguir a una, el animal arrinconado se volteó y se convirtió en el agresor.
Putin puede haber olvidado la anécdota y calculó mal, como afirmó el estadounidense Joe Biden, la reacción que encontraría su invasión de Ucrania. Pero los países occidentales, en concreto Europa y Estados Unidos, parecen por su parte encontrarse en un "high" atlético al sentirse más unidos de lo que esperaban y más fuertes de lo que creían.
Es de esperar que Rusia gane la guerra. Sus fuerzas son superiores en número y equipo, y se prepararon por más tiempo para lo que ahora se ve como una batalla entre el David ucraniano y el Goliat ruso. Pero su triunfo militar puede tener costos tan altos en hombres, recursos, credibilidad e imagen que se convierta en derrota.
Los preparativos rusos para este conflicto no se redujeron a lo militar, o sea la concentración de tropas alrededor de Ucrania desde noviembre pasado, o antes, so pretexto de ejercicios.
Según el Alto Comisionado Europeo para Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, Rusia se preparó para enfrentar sanciones económicas desde que auspició la escisión de Crimea de Ucrania en 2014.
"Cuando Rusia toma Crimea, 87% de sus reservas estaban en dólares y euros. Ahora están en torno 40%, pero sigue siendo mucho. Porque 135 millones de reserva en oro... el oro hay que poderlo vender", dijo Borrell, al indicar que Rusia puso más de la mitad de sus reservas en yuanes chinos y oro. Y una Unión Europea, consciente de que su poder es más económico y financiero que militar, está ahora dispuesta a usarlo. Eso es lo que hoy enfrenta Rusia, convertida factor unificador para un EEUU políticamente dividido.
La invasión de Ucrania mostró a los estadounidenses que el "peligro ruso", que ya no el "comunista", es real y que deben enfrentarlo. Para ellos, Rusia es un adversario/competidor más viejo que los comunistas.
Y Rusia, advirtió Biden, "pagará un precio". El argumento ruso inicial, de proteger a minorías asediadas por neonazis, era bueno. Pero ahora se ve sólo como pretexto. Lo importante es el anuncio de que Europa busca su propio sitio en el mundo y se dispone a usar su poderío: "la capacidad de condicionar, the coercive capacity, de imponer al otro otra conducta no se hace solamente con las armas", subrayó Borrell.
En ese marco, dijo que "nadie puede poner en el mismo pie de igualdad al agredido y al agresor. Y nos acordaremos de aquellos que en este momento no estén a nuestro lado".
Pero quizá sea el momento de detenerse, recordar que no todo el reclamo ruso está fuera de lugar y que ambos lados recuerden la anécdota de Putin: una rata arrinconada y amenazada puede transformarse en un enemigo temible.
POR JOSÉ CARREÑO FIGUERAS
JOSE.CARRENO@ELHERALDODEMEXICO.COM
@CARRENOJOSE1
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