Una vez inaugurado el Nuevo Aeropuerto de Santa Lucía, aún quedan pendientes otras obras de infraestructura que deberán ser entregadas antes de la conclusión de este sexenio, algo a lo que el Presidente se comprometió. Las obras próximas por concluir son la refinería de Dos Bocas, en Tabasco, el Tren Interurbano México-Toluca, el Corredor Interoceánico del Istmo, la Presa Santa María y el Tren Maya.
Sobre este último, en días recientes se dio a conocer un video en el que se pide detener la construcción del tramo 5 de Tren Maya. Al igual que el AIFA, la oposición va a hacer hasta lo imposible para que este proyecto no se concluya, por lo que habrá de esperar lo mismo que con el nuevo aeropuerto, una copiosa cantidad de amparos. A pesar de la oposición, se va a inaugurar en diciembre de 2023.
Los proyectos de inversión son de gran importancia, de cara a la recuperación postpandemia. La SICT dispondrá de 65 mmdp para proyectos aéreos, ferroviarios y carreteras, como la rehabilitación del Aeropuerto Internacional de la CDMX, la construcción del Aeropuerto Internacional de Tulum, el Tren Suburbano hacia el AIFA, así como la modernización y construcción de 141 kilómetros de carreteras federales y 267 de caminos rurales. Como ocurrió con el Aeropuerto de Santa Lucía, el Presidente cumple con su palabra, a diferencia de sexenios anteriores. Basta un breve recuento.
En el sexenio de Vicente Fox, la biblioteca José Vasconcelos se inauguró el 16 de mayo y cerró durante 20 meses por filtraciones de agua, que ocasionaron una pérdida de su acervo. En el gobierno de Felipe Calderón se planeó construir una refinería, de la cual sólo queda la barda perimetral; el costo de la obra se presupuestó en 136.5 mmdp y quedó cancelada en 2014. Asimismo, el proyecto de la Estela de Luz fue inaugurada 15 meses después de la fecha estipulada, con un sobrecosto de 192 por ciento. En el sexenio de EPN, se aseguró que el Tren Interurbano México-Toluca finalizaría en 2017, hasta el momento no se han concluido los trabajos. Mismo caso, la Línea 3 del Metro de Guadalajara, que tuvo un atraso de tres años y un alza de 68 por ciento en su costo. Además de 326 hospitales y unidades médicas en las que se invirtió y que dejó sin concluir.
A pesar del gasto millonario en las obras mencionadas, México no tiene la infraestructura que debería. Esto ha sido a causa de la corrupción y la poca voluntad política para lograrlo. Existen diferencias de lo que antes se hacía, con las obras canceladas, incompletas, con sobrecostos; tal vez eso extraña la oposición. Ojalá hubiéramos escuchado esos reclamos contra las obras que tenían una inadecuada planeación, sobrecostos, cancelaciones y retrasos, en vez de sus declaraciones clasistas al AIFA. Al final, la entrega a tiempo es un compromiso que no todos han cumplido. El Presidente entiende el valor de su palabra, se compromete, sin firmar ante notario público, ya que dice, “no somos iguales”.
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Mi reconocimiento a la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller —con quien tuve la oportunidad de conversar en la inauguración del AIFA—, por la labor que hace en la recuperación del patrimonio histórico del país.
POR ARTURO ÁVILA ANAYA
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