TOUCHÉ

Pobre INE

La Revocación de Mandato que se realizará en próximo 10 de abril es, hasta hoy, el proceso que más ha dañado su imagen

OPINIÓN

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Alejandro Cacho / Touché / Opinión El Heraldo de MéxicoCréditos: Especial

El Instituto Nacional Electoral vive uno de los peores momentos de sus casi 32 años de historia, desde que se fundó como Instituto Federal Electoral. Hoy atraviesa, quizá, el peor de todos. El INE parece reducido a la calidad de florero, un adorno caro y rebuscado, incapaz de hacer cumplir su misión constitucional.

La Revocación de Mandato que se realizará en próximo 10 de abril es, hasta hoy, el proceso que más ha dañado su imagen. Ni siquiera la elección presidencial de 2018 ni la de 2021, que fue la más grande de toda la historia, lo pusieron en condición de punching bag del presidente, de Morena, de la oposición, del Poder Legislativo y de hasta ciertos sectores de la academia y la sociedad civil.

El centro de todas las críticas ha sido la incapacidad del INE y sus consejeros para hacer respetar la ley. Así de sencillo. A la campaña de desprestigio, encabezada por López Obrador desde Palacio Nacional, hay que sumar el recorte presupuestal para llevar a cabo la Revocación de Mandato; la ofensiva permanente de la 4T contra el árbitro electoral; la mayoría en el Legislativo al servicio del Presidente de la República; una oposición prácticamente insignificante, gobernadores entregados y/o muertos de miedo. Es como la tormenta perfecta para el INE.

No solamente estamos hablando de un ejercicio innecesario, carísimo e injustificado porque nadie, ni los opositores más feroces de la 4T, ha pedido o promovido la destitución de López Obrador. Sin embargo, Lorenzo Córdova y los demás consejeros electorales se han visto avasallados ante la aplanadora propagandística, a veces ilegal, del presidente y los suyos. De nada le sirve la autoridad moral al instituto.

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Los acuerdos, investigaciones, pronunciamientos, ni las medidas cautelares del INE funcionan. Tampoco la ley electoral ni la de revocación de mandato. López Obradores y los suyos han hecho lo que han querido. Incluso llegaron al exceso de modificar la ley que ellos mismos promovieron y aprobaron, en septiembre último, para prohibir que funcionarios, partidos o gobiernos hicieran propaganda a favor de la revocación del próximo 10 de abril.

Anuncios espectaculares anónimos aparecieron por todo el país -en tiempo récord- para apoyar que AMLO permanezca en la Presidencia. Bardas pintadas con propaganda, anuncios en mobiliario urbano en distintas ciudades, letreros en vehículos concesionados de transporte público. Gobernadores y políticos de Morena hicieron declaraciones a medios de comunicación y publicaron en redes sociales diversos mensajes en el mismo sentido. Violaciones a la ley, a diestra y siniestra, que el INE no es capaz de evitar.

Lo más peligroso es que las leyes que deberían garantizar el respeto a las reglas democráticas en las elecciones no sirven para nada cuando se acerca la elección presidencial de 2024. Es muy preocupante. Hoy, el Instituto Nacional Electoral inspira más ternura que respeto.

POR ALEJANDRO CACHO
CACHOPERIODISTA@GMAIL.COM
@CACHOPERIODISTA

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