El senador Ricardo Monreal se convirtió otra vez en el bombero de la 4T, y haciendo malabares para no quedar mal parado, citó a comparecer al fiscal General, Alejandro Gertz.
Con esto, me dicen desde Palacio Nacional, buscan calmar las aguas en torno al huracán que se convirtió la filtración de grabaciones que involucran al abogado de la nación, y, paralelamente, los temas que vinculan al exconsejero presidencial Julio Scherer.
Y es que políticamente este es uno de los momentos más complicados que ha vivido el Presidente durante su gestión.
La controversia llegó al círculo político más cercano a él. Sin embargo, no está en el ánimo del primer mandatario pedir la renuncia del fiscal. Primero, porque Gertz fue electo por un periodo que concluye en 2028, y, segundo, porque removerlo mandaría una señal de debilidad en el gabinete. Por eso, el fiscal está blindado. Lo saben él y López Obrador, así como todos sus malquerientes.
Por tanto, el mandatario no puede arriesgarse a un desplante. Esa es la razón por la que la presión llegó desde el Senado, la única instancia que puede y debe pedir cuentas a Gertz.
Y es aquí donde nuevamente Monreal tendrá que hacer una operación quirúrgica para evitar que la sangre llegue al río. No le preguntaron si puede o quiere. Tiene que hacerlo, porque el conflicto no puede ni debe seguir manchando al Presidente.
La razón es simple: AMLO está en medio de un fuego cruzado entre dos de los hombres más cercanos a su círculo más íntimo, políticamente hablando. Y esto, junto con la polémica por la Casa Gris complica la agenda del Presidente.
Además, hay que considerar que, mientras administra conflictos que traspasaron el anillo más próximo a su entorno, la economía nacional es arrastrada por el contexto internacional y el mal manejo de nuestras finanzas. Lo grave es que, de seguir esta tendencia, nada bueno espera a los mexicanos. Basta ver los índices inflacionarios y el precio de los combustibles.
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Más que los actos de violencia, el 8 de marzo quedó grabada en nuestra memoria la imagen de mujeres activistas regalando flores a las policías desplegadas para resguardar la marcha del Día Internacional de la Mujer.
Pero mal pensados, como son, varios lo atribuyeron a un montaje. Lo real es que un grupo de mujeres, vinculadas con la izquierda y la 4T, tomó la decisión. Todo inició en una reunión de un grupo de nueve mujeres en la CDMX, entre ellas Julia Álvarez Icaza, Patricia Ortiz y Nancy Balderas.
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Me dicen que Florencia Serranía, exdirectora del Metro en la CDMX, mantiene cierto control en la operación de este transporte, y una de sus allegadas, Blanca Estela Martínez, directora de Finanzas, empieza a convertirse en un dolor de cabeza para el actual director, Guillermo Calderón, y los trabajadores.
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Y como dice el filósofo… Nomeacuerdo: “Hay peleas de un minuto que te roban toda la vida”.
POR ALFREDO GONZÁLEZ CASTRO
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@ALFREDOLEZ
MAAZ